Clava puñal,
desgarra bien el alma
y luego vete.
Ve con la mano
y el brazo que asesina
las esperanzas.
Marcha muy lejos,
no quiero arrepentirme
y perdonarte.
Yo aquí me quedo,
llorando y escondiendo,
tanta tristeza.
No tengas miedo,
curarán las heridas
casi mortales.
Hay un ungüento
y un bálsamo que alivia,
tanto desgarro.
Si miro arriba,
el cielo me sonríe
y hasta me invita.
Su manto azul,
contiene mariposas
y también sueños.
Olvidaré,
contigo, si tú quieres,
esta tragedia.
Y volaremos
al cielo "azul" celeste,
"mi mariposa"
Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/22