Me gustan las "mariposas"
que vienen en tus letras,
que pintan el cielo,
que bailan, que sueñan
y que nos hacen cerrar los ojos,
como para retroceder en el tiempo
y acudir a la infancia,
cuando éramos más inocentes
y teníamos el corazón repleto de sueños
y esperanzas.
Pero ahora, en el otoño,
cuando se inicia "la última vuelta del camino",
en esa estación dorada en que los ojos
se recrean mirando las hojas de la vida
y la alfombra que despliegan,
y vuelven otros sueños con las "mariposas"
que uno crea e inventa
y que otras personas ven pasar
y les hablan, las aceptan
y escuchan, también,
en ese mensaje velado
y sin palabras.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/07/22