¡Cuánta alegría,
"carita porcelana",
hay en tu rostro!
Hace unos años,
así me enamoraste,
sin darme cuenta.
Te hice unos versos,
en forma de una nana
para ti sola.
Con tu silencio
dejabas mil palabras
para mis ojos.
¡Qué incongruencia
los versos anteriores,
pero fue cierto!
Estabas quieta,
posada en el estante
con tu sonrisa.
Y allí te vi,
sencilla y olvidada
de todo el mundo.
Me estremecí
y un verso, hacia mis dedos
corrió, de pronto.
Nació un poema,
"carita porcelana"
para ti sola.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/07/22