Busca el cuaderno
y déjale tus sueños
en unas letras.
Traza los versos
que salgan de tu alma
como suspiros.
Y si te sobra
un rato y un minuto
me los dibujas.
¡Pintar un sueño!,
qué cosa tan extraña,
¿no te parece?
Las caracolas
sonríen, en la playa,
y están atentas.
Unas sirenas
se escapan de las olas
muy saltarinas.
Hasta un cometa
se eleva, solitario,
sobre la arena.
...Tu pecho sueña,
tus ojos, ya cerrados,
siguen pintando.
Y es que el cuaderno
se forma con los sueños
y con la vida.
Nunca le pierdas,
ni dejes, ni abandones:
¡Es tu cuaderno!
(tu propia vida)
Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/22