Que en los veranos
descansen las cigarras
y se adormezcan.
Que salga el sol,
que brille y que caliente
lo necesario.
Que no se pasen
los días, mendigando,
la brisa fresca.
Que el mar aguante
las olas y resacas
embravecidas.
Que yo te busque,
mi linda mariposa
por los jardines.
Que seas libre
y vueles con mis versos
para sus ojos.
Que las pupilas,
sinceras de mi amada,
también te vean.
Que se confundan
los versos y los besos
en una estrofa.
Y que sonrían
la vida y los poemas
con los latidos.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/07/22