Las golondrinas
pasaban tristemente
sobre nosotros.
Ya se marchaban.
Con ellas el verano
decía adiós.
Atrás dejaban
vuelos zigzagueantes
con su ternura.
En tus pupilas
dejaron muchos versos
que bien recuerdas.
Rimas y sueños
mezcladas y confusos
en un poema.
Así es la vida
el vuelo y el recuerdo
de unos instantes.
Guarda los buenos,
aquellos que alegraron,
bien, tus pupilas.
Borra los otros
o déjalos que duerman
eternamente.
Las golondrinas
vendrán, otro verano
a por tus versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/22