Se ven palomas
buscando por el parque
unas migajas
de los ancianos
que vienen por las tardes
hasta su lado.
con unos restos
de pan y de comida
para entregarles.
Se ven gaviotas
vagando por el puerto
tras la carnada.
Restos del cebo
que pone el marinero
en los anzuelos.
Así se calman
y sacian apetitos
tan delicados.
Se ven mendigos
pidiendo en las esquinas
de muchas calles.
Eso era antes,
te dicen los "finolis",
ya no se pide.
Y es que el orgullo
oculta muchas manos
que lo precisan.
Se ven las lágrimas
de un mundo que agoniza
sin darse cuenta.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/08/22