Vuela sin rumbo
gaviota solitaria
por alta mar.
Deja las playas
con olas y resacas
tan cantarinas.
Deja los puertos
con muelles y con barcos
envejecidos.
Busca la brisa,
la costa y el nordeste
con su amistad.
Busca tu nido
en islas y en peñascos
inaccesibles.
Cuando lo encuentres
descansa de tu viaje
con tu familia.
Preciosa escena
que piensa un marinero
en su delirio.
No llega pesca,
su cesta está vacía
y quema el sol.
Hasta el nordeste
se cuela por su alma
y la estremece.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/08/22