Cada vez más hombres y mujeres se niegan a envejecer, huyen del compromiso y se comportan como adolescentes. Conozca también a las Wendy y Campanita de hoy
Una populosa generación de gente con el síndrome de Peter Pan parece haber llegado para crecer y multiplicarse. Personas que, a pesar de su avanzada edad, no saben distinguir la juventud de la madurez. Mujeres a las que se las compara con el personaje de Wendy, que sufren un profundo complejo de inferioridad, un marcado temor a ser abandonadas y una fuerte necesidad de sentirse imprescindibles que las llevan a convertirse en madres de sus parejas.
En la vereda de enfrente, encontramos al estereotipo de Campanita: independiente, con proyectos personales, con gran autoestima y un altísimo nivel de seducción. Ellas no están dispuestas a pagar el precio que paga Wendy por tener a un hombre a su lado.
Infobae entrevistó a Adriana Guraieb, autora del libro "Peter Pan y sus mujeres", de ediciones Letra Viva, quien explicó cada uno de estos nuevos estereotipos y brindó sugerencias para dejar de ser Peter Pan, Wendy o Campanita. Conozca quién es quién.
Peter Pan Les gusta sentirse eternamente jóvenes, son simpáticos y seductores, siempre dispuestos a animar las fiestas, pero les cuesta asumir compromisos, por más que prometan.
Este síndrome se inicia en la adolescencia y, a veces, se prolonga durante toda la vida, lo que genera trastornos múltiples o crisis de pareja porque no pueden armar un proyecto compartido. Estos hombres y mujeres idealizan la juventud, tienen dificultades para crecer y para renunciar a ser hijos y ejercer la función de padres. Se niegan a envejecer: su comportamiento sigue siendo como el de un adolescente. Son inmaduros, rebeldes, narcisistas, dependientes y manipuladores; también inseguros y padecen la soledad. Pueden cambiar de pareja con cierta frecuencia o ser infieles crónicos. Esconden un entramado inconsciente intrincado, de angustias, viejos temores y culpas que les impiden asumir responsabilidades adultas.
Para este estereotipo, Adriana Guraieb aconseja:
- No negar el paso del tiempo y enfrentar la realidad.
- Asumir las responsabilidades y perder el temor al compromiso.
- Tomar conciencia del desfasaje entre la edad emocional y la cronológica para poder establecer prioridades y darse cuenta de las cosas pendientes.
- Fijarse metas posibles en lugar de grandes proyectos que seguramente serán irrealizables.
- Tomar una consulta psicológica si no lo puede resolver solo y los problemas lo superan.
- El entorno familiar-social-afectivo deberá comenzar por no aceptar más entrar en su juego y no asumir las responsabilidades que no le corresponden.
- Hay que mostrarles que no pueden seguir viviendo de una manera infantil y negarse a crecer sin que esta situación perjudique la relación afectiva.
Wendy También denominado “síndrome de la mujer-madre”, es un trastorno basado en la necesidad de satisfacer al otro de una manera exagerada y la imposibilidad de decir “no”. Y así como se suele decir que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, detrás de cada Wendy siempre hay un Peter Pan, o un hombre inmaduro a quien le cuesta cumplir con las responsabilidades que se imponen a lo largo de la vida.
Estas mujeres sufren un profundo complejo de inferioridad, un marcado temor a ser abandonadas y una fuerte necesidad de sentirse imprescindibles. Por eso están dispuestas a hacer cualquier cosa y darle el gusto al otro con tal de ser aceptadas. Como una imposición interna, primero deben cumplir con lo que le hace falta al otro, aunque no se trate de algo trascendental: puede ser alcanzarle los cigarrillos o pagarle una cuenta, porque lo temido es ser abandonada.
Esta atención exacerbada la manifiestan con sus maridos Peter Pan, quienes las eligieron justamente por ser contenedoras, proveedoras y porque se hacen cargo de los compromisos que ellos no son capaces de asumir. “Con el paso de los años, esta mujer se va convirtiendo en una especie de esclava porque no puede disfrutar, tiene que resignarse y sufrir. Suspirar, bajar la cabeza, cumplir con el mandato familiar y servir al hombre para que él brille y tenga éxito. Y si no es así, es ella la que sale como un bombero a apagarle los incendios a su esposo, ya sea porque dejó los cheques en rojo, porque no pagó la escuela de los chicos, porque están a punto de cortar la luz, etcétera", asegura Guraieb.
Para este estereotipo, la autora del libro aconseja:
- Tomar conciencia y plantearse si este imaginario de ser imprescindible no es una necesidad de ella. Si no pone un límite, nunca va a saber si la aman de verdad o solamente la necesitan.
- El tratamiento psicológico para estas personalidades hace foco en que puedan desarrollar una buena autoestima, que aprendan a quererse más, que entiendan que tienen cualidades y que pueden darse satisfacciones y gratificaciones.
- Es importante que comprendan que pueden y deben disfrutar y que no todo es sacrificio y abnegación.
Campanita Estas mujeres son independientes, tienen proyectos personales, saben de seducción y tienen un buen nivel de autoestima, producto de haber sido mimadas y estimuladas en la infancia.
En una relación, están muy bien plantadas, no se frustran ni se amargan porque no están dispuestas a pagar el precio que paga Wendy por retener un hombre a su lado, ni de estar de acá para allá atendiendo las demandas de los hijos y los nietos. Para este estereotipo, Guraieb aconseja:
- Tratar de renunciar un poco a cada uno de los otros espacios para ver si uno puede dar lugar a una síntesis equilibrada de ambas facetas que caracterizan a las mujeres, tarea nada fácil, pero importante y posible.