Sigo tus pasos.
Me fijo donde pisas
y me conformo.
Tus huellas claras,
se enmarcan en la arena
inconfundibles.
Así es muy fácil
seguir, aunque las olas
tengan envidia.
Y es que no quieren
que roce tu vestido,
"mi poesía"...
Quieren ser ellas,
las dueñas y señoras
de tu belleza.
Quieren cantarte
baladas de sirenas
y cormoranes.
De aquel naufragio
sufrido por un barco
hace unos años.
De aquel turista
luchando con las aguas
y remolinos.
De los amantes
llegados en la noche
y de sus besos.
Y de aquel Dios,
poeta y trotamundos
que anda perdido.
...Pero no importa.
Yo sigo tras tus pasos
pues soy tu sombra.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/23