Luces que brillan
lejanas, en la noche.
y nos saludan.
Bellas estrellas
que dejan mil susurros
para los niños.
Son las doncellas
que buscan a la luna
entre las sombras.
Mundo de ensueño
con hadas y con nanas
en los sentidos.
Dulce utopía
que llena corazones
con gran ternura.
Y es que ese niño
aún sigue con nosotros
y nos persigue.
Está en el pecho
que late acelerado
en primavera.
Está en el alma
cosida con remiendos
del padre invierno.
Está en los besos
en forma de poemas
de las estrellas.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/05/23