Nací en verano,
decían mis ancestros,
en un septiembre.
Casi en otoño,
quizás por cinco días,
según las cuentas.
Y aquí seguimos
después de muchos años
en otro otoño.
Siguen los ojos
buscando en la mañana
las mariposas.
Los labios hablan
a nubes que en los cielos
dejan mil sueños.
La brisa llega,
me embriaga con sus besos,
cautivadores.
Y yo sonrío
en medio del otoño
que va conmigo.
Y así te amo,
té hablo sin palabras,
¡mi poesía!
Porque mis versos
son tuyos, y lo sabes.
desde hace tiempo.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/09/23