Hoy, como ayer,
viniste en la mañana,
hasta mi lado.
Tu cara alegre,
risueña y soñadora
me cautivó.
Y yo soñé,
contigo en el silencio,
de aquel paseo.
Eras un verso,
la estrofa de un poema,
inacabado.
Y yo pulía,
tus rimas y metáforas
sin darme cuenta.
¡Qué bella imagen,
creaba entre la niebla,
mi sinrazón!
Porque te amaba
y amaba tu figura
y dónde miras.
Y aquel pasado
se torna en fiel presente
ya que te amo.
Te sigo amando
y el tiempo me lo dice
y lo recuerda.
Hoy, como ayer,
viniste en la mañana:
"mi poesía".
Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/23