A veces las palomas
pasean por el parque,
y van picoteando
con porte muy galante.
Afuera el vecindario
camina por las calles,
con rumbo hacia mil sitios
con pasos más bien suaves.
La fuente canturrea
y deja con raudales,
el agua cantarina
de montes y de valles.
La nieve se ve lejos,
detrás de los estanques
brindando su blancura
en crestas ancestrales.
Ya pasan los flamencos,
en vuelo de la tarde,
dejando unos suspiros
a quien osa mirarles.
"Susurros de un poeta,
me digo en un aparte,
y pienso en quien yo quiero
mis besos entregarte."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/24