En este día especial
en que duermen los almendros,
alzo la vista y sonrío
a las nubes y a los cielos.
Se van pasando los días
y semanas de febrero,
buscando la primavera
y anticipo veraniego.
Pero vivamos la fecha
de este miércoles señero
en que un santo, cual patrono,
hizo gala en este encuentro.
San Valentín, se llamaba,
aquel romano travieso,
y se fijó al calendario
como un Cupido de Eros.
Hoy se celebra la fiesta,
se recuerdan viejos tiempos,
se recitan poesías
y se componen sonetos.
Pero tras risas y juergas
sigue la vida cundiendo,
y con sus garras de plata
surgen vergeles desiertos.
Y es que el amor no es un día
ni se improvisa en un beso,
es la constancia, diaria,
de compartir los momentos.
Amar, amor, yo te digo,
sin palabras lo que siento,
y lo que ansía mi alma
para guardar en tu pecho.
Amor, amar, te repito,
y te lo digo sincero,
toma mis labios, son tuyos,
pues necesito tus besos.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/24