Aquellas primaveras
rescato del olvido,
recuerdos de la infancia
con risas y suspiros.
Un tiempo del pasado,
apenas un resquicio,
fragmentos de la vida
que estaban escondidos.
Desvanes en las almas,
con sueños de vinilos
y bailes juveniles
en días amarillos.
Aquellas primaveras
se guardan con sigilo
y a veces se rescatan
del álbum del destino.
Por eso en este día
las busco con cariño,
y veo, con sorpresa,
mil rostros conocidos.
Lugares y personas,
instantes y otros sitios,
que salen a la vida
opacos y sin brillo.
Aquellas primaveras
rescato en un domingo,
y van con tu figura
siguiendo mi camino.
Los sueños son reales
no quiero yo impedirlos,
y están en tus pupilas
y labios tan bonitos.
¡Bendita primavera
que al hombre vuelve niño,
haciendo que la sangre
altere sus latidos!
Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/24