Pensé en pasado,
llegando nubarrones
hasta mi alma.
Niebla y recuerdos,
de días y jornadas
que ya murieron.
Esto no es sano
centrarse en la nostalgia
de otros otoños.
Todos amamos
y amar es algo hermoso
cuando te aman.
Amar el alma
y el cuerpo, tan querido,
de otra persona.
Amar sus ojos,
su voz y sus palabras,
y hasta el silencio.
Y amar el tiempo
vivido y compartido
entre unos brazos.
...Y las caricias
reales o soñadas
también se añoran.
Pensé en pasado,
amor, que tú me amaste
y yo te amaba.
Pero los sueños,
son brisa en las mejillas
de tantas almas.
Almas de niños
quizás enamorados,
por su inocencia.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/24