No me olvido de aquel beso,
que a través de la distancia,
me enviaste, de tus labios,
a los míos, sin palabras.
Y quedaron dos latidos
suspirando por las cartas
y las letras del poema
con sus rimas anunciadas.
Y soñamos como amantes
en el bosque de las hadas,
compartiendo nuestros sueños
por senderos y por playas.
Se miraron nuestros ojos
y apartamos telarañas,
para ver la luz vibrante
de pupilas muy lejanas.
Eran faros en la noche,
dos luciérnagas tempranas,
que buscaban en las sombras
a la luna con sus nanas.
Y aprendimos de los astros
que en el cielo, allí temblaban,
soportando el vil relente
de la noche así embozada.
Caminamos de la mano
por riberas y cañadas,
alejándonos de un mundo
de mentiras y falacias.
Y llegamos al amor
tras el beso y la esperanza
de sentir que tanto esfuerzo
merecía esta batalla.
"...No me olvido de aquel beso
que selló nuestra alianza,
yo sentí tu amor en él
y soñé que así te amaba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/09/24