A veces lloran
los ángeles del cielo
al ver el mundo.
Y es que las guerras,
el hambre y las miserias,
son muy frecuentes.
Ellos quisieran
cubrirnos con sus alas
y protegernos.
¡Bonitos sueños,
que crean los poetas
en su utopía!
A veces cantan
las olas de los mares
en las resacas.
Son letanías
de ancianos y de niños
que aman la vida.
Y en su inocencia
ansían las leyendas
que cuenta el mar.
A veces pienso
que un niño se ha perdido
en el anciano.
Y que el anciano
es niño, todavía,
y no lo sabe.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/09/24