Poco a poco se va viendo la ciudad de Santiago de Chile, esa ciudad que no habían visto hace varios días. Su mirada al principio del viaje, es de una intensa alegría, pero esta cambia radicalmente, al ver que la ciudad que ellos conocían ya no es la misma. Toda esta completamente en ruinas, no pueden creer la penosa escena que presencian sus ojos. Desde el helicóptero se puede ver las solitarias y destruidas calles, algunos edificios, casas, tiendas cercanas, todas están en ruina, totalmente en ruinas. Automóviles en llamas y ninguna persona en las calles. En fin la ciudad es una ruina total. Susana que no puede creer todavía lo que ve le pregunta al Teniente.
– ¿Teniente, toda la ciudad esta así? –El Teniente le contesta.
– No totalmente. La reconstrucción ha sido muy lenta y con la última batalla se retrocedió mucho en su reconstrucción. La Zona Este y Oeste y parte del Sur de Santiago están totalmente destruidos, pero la Zona Norte y algo del centro de la ciudad están casi reconstruidos pero no se preocupen, muy pronto la ciudad estará totalmente reconstruida y volverá a la normalidad todo gracias al Consejo y la Armada.
– ¿Consejo, la Armada, a que se refiere? –El Teniente sonríe para luego contestar.
– Ya lo sabrán, muy pronto lo sabrán no se desesperen muchachos. –Los siete que estaban en el helicóptero quedan dudosos ante dichas palabras. En eso Susana con una voz algo tímida le pregunta al piloto.
– ¿Las criaturas son las causantes de este desastre? –El copiloto es quien contesta esa pregunta, y lo hace mirándola a los ojos.
– Si, esto sucedió en la última batalla la cual fue la más fuerte, sobrepasando a la primera. Pero no se preocupen, los habitantes están bien. Además ellos están ayudando a levantar a la ciudad poco a poco de las ruinas. – Lo que dijo el Teniente tranquiliza a los siete jóvenes.
El viaje en helicóptero es tranquilo, algo que hace que los jóvenes se sientan por primera vez seguros de las criaturas, algunos se quedan dormidos pero Alexis sigue despierto y ve que el helicóptero se va acercando lentamente a un edificio muy alto, a medio terminar que esta resguardado por varias personas que parecen pequeños puntos en el suelo. La parte de arriba del Edificio está rodeado de luces que alumbran el oscuro cielo de la noche. Alexis a simple vista reconoce el edificio que es el más alto de la ciudad, y tiene el tamaño de dos canchas de fútbol juntas y tiene una altura de 200 metros de altura.
– ¡La Torre Centenario! –El piloto escucha las palabras de Alexis que maravillado mira la imponencia de la Torre y le contesta.
– Sí es la Torre Centenario, pero no la que conocías, ahora es una base. Te presento la Base Torre Centenario. –Alexis mira al piloto con un gran signo de pregunta.
El helicóptero aterriza en el helipuerto de la torre, los ocupantes bajan rápidamente del helicóptero, y son dirigidos, por unos soldados hacia el interior del edificio. Entran a un pasillo iluminado por luces de tungsteno blanca donde a lo lejos se ve una gran entrada, pero a medida que se acercan se fijan que donde van es a un ascensor muy grande cuyas puertas estaban cerradas. En segundos las puertas del ascensor se abren apareciendo en la entrada una señorita de esbelta figura, largo cabello castaño claro y ojos verdes, vestida con el mismo uniforme negro, pero de ribetes de color rojo, presenta una buena presencia, joven, de unos 18 años aproximadamente. Alexis y compañía entran al ascensor que es de un color plateado, muy limpio, de un estilo nunca visto por los siete jóvenes. Al entrar sienten una calidez tremenda que hacía mucho no sentían, además la hermosa señorita que les hace compañía los hace sentirse más seguros, ya cuando los siete jóvenes entran, las puertas se cierran dejando a ambos uniformados fuera del ascensor. Luego no se siente sensación alguna si están subiendo o bajando, se miran entre sí aunque ven el contador que indica que están bajando de piso. Alexis mira a la uniformada y ve que esta no hace gesto alguno. Entonces piensa, si ella no hace gesto alguno es porque están bajando. Cree en su pensamiento y se queda en silencio, lo mismo hacen los otros seis que lo acompañan. Luego de unos minutos, las puertas se abren, permitiendo la entrada a una intensa luz. Mariana que está más cerca de la entrada escucha a la uniformada que dice.
– Esto es una de las áreas que está bajo suelo. –El área a la que llegan los siete jóvenes está perfectamente iluminado y de un piso de mármol muy reluciente que está cubierto por una alfombra azul esmeralda.
Al salir se siente un aroma rico de rosas silvestres que no se compara al aroma de humedad y sangre al cual estaban acostumbrados. La primera en salir es la uniformada, luego Mariana, Alexis, Susana, Alejandro, Karla, Natalia, y por último, Rodrigo. Todos siguen a la uniformada, Alexis al caminar ve hacia el lado derecho, donde hay otro pasillo donde numerosos uniformados caminan y algunos se les quedan observando. Sigue a la uniformada y mientras lo hace, ve las paredes que los rodean, esta presenta muchos detalles, cientos de tuberías que la recorren a todo su largo, pero después todo es cubierto por una especie de metal dorado. La uniformada se fija que todos miran hacia las paredes o al techo que está compuesto del mismo metal pero al centro una hilera larga de luces blancas que abarca todo el pasillo. Esta les informa que el metal que cubre todas las tuberías y sistemas que antes vieron, estan diseñado de una aleación de Titanio y cobre. Algunos uniformados con documentos en manos pasan por el lado del grupo, otros solo caminan y observan a los recién llegados, pero Alexis está más interesado en lo que anteriormente dijo la uniformada, es por eso que le pregunta
– ¿Es verdad que estamos bajo el suelo? –La uniformada le contesta mientras caminan por el gran pasillo.
– Si, bajo el suelo. – Susana que mira a su alrededor, le pregunta a la uniformada.
– ¿En qué piso estamos, mejor dicho en que subterráneo? –La uniformada le contesta de muy buena manera.
– Este es el nivel B12 o área doce B. –Todos se extrañan ante tal respuesta, Susana nuevamente le pregunta.
– ¿Área doce? – La uniformada le contesta.
– Están en uno de los 30 niveles que están bajo el suelo y a estos niveles se les denomina con la letra B.
– ¿Y cómo se denominan los niveles que están arriba del suelo? –Pregunta Alexis a lo que la uniformada le contesta.
– Se les denomina con la letra A. –En eso Mariana que está muy callada viendo las paredes y el techo, le pregunta.
– ¿Esta base está terminada? –La uniformada le contesta.
– No, aún le faltan detalles, especialmente los niveles B y los 32 Niveles A, pero son mínimos. Bueno pero eso lo sabrán más adelante. –Alexis ya aburrido de escuchar esa respuesta le pregunta a la uniformada.
– Todos nos dicen eso. ¿Acaso va a pasar algo más tarde? –La uniformada le contesta.
– Claro que sí pero después que descansen bien se los informare. Además no se preocupen, todo estará bien. –Las últimas tres palabras hacen recordar aquella voz aterciopelada de niña que Alexis ya ha escuchado anteriormente.
A eso de las ocho de la tarde todos los 223 jóvenes que no presentaban heridas de consideración son reunidos en un gran salón alfombrado de color azul y paredes blancas sin ningún adorno y con calefacción. El salón está compuesto de tres puertas amplias, una central y dos laterales. Por la puerta central entran cuatro uniformados, dos hombres y dos mujeres. Estos los hacen separar en dos filas de hombres (120) y mujeres (103). Después la fila de hombres es dirigida hacia la puerta lateral del lado derecho y las mujeres por la puerta lateral del lado izquierdo. Mientras entran se despiden alegremente con la mano alzada, luego los hombres doblan hacia la izquierda, entrando de inmediato por unas puertas blancas, luego vuelven a doblar hacia la derecha. Al momento de hacerlo, entran a un pasillo y Alexis ve hacia su lado izquierdo, unas puertas rojas y le siguen un hilo de puertas blancas hacia lo largo del pasillo, y lo mismo se repite al lado derecho y todas cerradas. Se alcanza a escuchar algunos susurros de personas hablando o moviendo cosas. Los uniformados los conducen hasta el fondo del pasillo donde hay unas puertas celestes, ahí les dicen.
– Entren acá para refrescarse, tienen 1 hora con 45 minutos, disfruten todo lo posible. Se lo merecen. –Los uniformados abren las puertas y Alexis es el primero en entrar, luego se le une todo el grupo y todos quedan maravillados al ver pequeñas piscinas alrededor de una de mayor tamaño, todas llena de un vapor tentador, agua caliente pensaron todos. Más al fondo, aunque se ve levemente por el vapor que abunda en el lugar, hay otras piscinas de menor tamaño y otras de mediano tamaño. Cada una de las pequeñas piscinas estaban con un aroma distinto y con burbujas. Otras llenas de espumas. Al extremo izquierdo había unas bancas de madera y al extremo derecho, además de las bancas, un mesón con cientos de bolsas de plástico con ropas blancas y toallas. También habían duchas. Todos estaba boquiabiertos ante tantas maravillas, en eso los dos uniformados les dicen.
– Bueno aquí podrán limpiar sus cuerpos. Las pequeñas piscinas que están alrededor de la grande, poseen esencias y aceites naturales aromáticos con agua muy calida. Más allá hay duchas las cuales tiene un sistema de “Aguas inteligentes” donde no hay necesidad de tomar el mango de la ducha para mojarse aquellas partes u otras, para esto solo deben dar una orden. Además también hay un sistema que maneja el chorro y controla la temperatura del agua, también están provisto de jacuzzis personales o para varias personas, baños de vapor, todo para su propia comodidad, espero que las disfruten y les recuerdo tienen una hora y 45 minutos. –El otro uniformado les dice.
– Pueden dejar sus ropas en las bancas del extremo derecho, después que se cumpla la hora estimada sonara una alarma, eso les indicara que deben secarse con las toallas que están en las bancas del extremo izquierdo y vestirse con las ropas que están también en ese lugar. Bueno, dejamos que disfruten sus baños. –Alexis y todos esperan a que los uniformados se retiren y cuando lo hacen y cierran las puertas celestes, un gran griterío inunda el lugar y todos se sacan las ropas, algunos se tiran de inmediato en la gran piscina, otros van a dejar sus ropas en las bancas y después recorren las pequeñas piscinas o simplemente se tiran en la piscina grande. Alexis se saca la ropa, la deja en una de las bancas y se pone una toalla en su cintura para cubrir sus partes íntimas, luego camina por cada una de las piscinas pequeñas, se arrodilla y huele el perfume, luego se para y sigue con la otra hasta que mete su cuerpo en una que olía a lavanda. Se relaja mientras el bullicio y los juegos comienzan. En eso oye la voz de Alejandro que le dice.
– ¡Oye Alexis, ven acá! –Alexis mira hacia donde proviene la voz y ve a Alejandro y a Rodrigo y otros tres chicos que él conocía que están en un jacuzzi de gran tamaño para varias personas. Alexis decide ponerse de pie y caminar hacia el jacuzzi, pasando cerca de la orilla de la piscina grande donde sus compañeros al verlo le tiran agua. Alexis se protege como sea pero no le molesta ya que el agua caliente está muy agradable. Al llegar sus compañeros le hacen un espacio, un espacio amplio por decir menos, luego se introduce y de inmediato siente la calidez del agua y las burbujas que golpean suavemente su espalda y piernas, luego de acomodarse hasta quedar muy cómodo. Alejandro le dice.
– Estamos hablando sobre lo que está sucediendo. –Otro que tiene el cabello castaño oscuro y ojos verdes le dice.
– ¿Alexis no te parece raro toda la amabilidad en este lugar? No nos han hecho preguntas, simplemente nos tratan muy bien. –Alexis echa su cabeza hacia atrás para refrescar su cabeza de tanto vapor y sentir mejor las burbujas que tocan su cuerpo y luego dice.
– Vamos, no se preocupen mucho, si ellos quieren matarnos lo hubieran hecho allá en el Instituto. –Rodrigo, el hermano de Mariana, está sorprendido por la confianza que Alexis tiene, entonces pregunta.
– ¿Entonces no crees que nos hagan daño? –Alexis mira a Rodrigo y en forma muy calmada le dice.
– Pues claro que no y no lo digo por que disfruto esto sino porque ya no me siento presionado como me sentía en el Instituto, ahora me siento tranquilo y muy calmado. Eso quiere decir que me siento seguro en este edificio. –Alejandro al ver a Alexis tan seguro, se convence diciendo.
– Alexis, tiene razón, no hay por qué sentir inseguridad, es mejor que disfrutemos de esto. –Todos quedan de acuerdo y luego todos cierran sus ojos para dormir o simplemente relajarse. Los minutos pasan y uno que tiene el cabello rubio se ríe para después decir.
– Me pregunto cómo lo estarán pasando las chicas. ¿Se imaginan que estén haciendo lo mismo que nosotros? –Rodrigo agrega diciendo.
– Mi hermana debe estar disfrutando con esto. –Alexis se le viene a la mente el rostro de Mariana, la chica que siempre estuvo atenta con sus heridas y que hasta el último día le pedía que se cuidara mucho, sin querer queriendo se le salen algunas palabras con respecto a Mariana.
– Ojala que lo haga, se lo tiene muy merecido. –Al decir eso Alejandro salta de sorpresa diciendo.
– Ya sabía yo, que te gustaba Mariana. –Tal afirmación hace que todos digan la misma cosa pero en forma de pregunta. Rodrigo es el último en decir.
– ¿Alexis es en serio, te gusta mi hermana? –Alexis muy ruborizado trata de calmar las cosas diciendo.
– ¡No! No, ella no me gusta… –Alejandro lo interrumpe diciendo.
– Lo dije porque siempre estaba preocupada por mi condición aunque era una molestia, siempre me decía. “Cuídate mucho” “No te arriesgues demasiado” “No hagas locuras”– Rodrigo le dice.
– Lo hace porque siempre estaba preocupada por ti Alexis. –En eso el de cabello castaño oscuro saca su conclusión.
– Yo creo que es al revés, Alexis tú le gustas a ella. –El de cabello rubio agrega.
– Que va, Mariana no es la única que se preocupaba por tu condición, todas lo hacían. –Alexis ríe de lo nervioso que esta, para decir.
– No, Marcelo y Raúl, ustedes están equivocados. –Y aunque todos le decían lo contrario Alexis no quería creerlo, pero después lo pensó bien y comprendió porque siempre su espacio para dormir estaba limpio, con mantas limpias, y con una que otra fruta para comer.
Sin darse cuenta la alarma suena y todos salen del agua y se secan sus cuerpos para después vestirse. Mientras se secaban sentían una frescura en sus cuerpos que hace días no sentían y el cansancio los estaba invadiendo de a poco, eso era signo de que estaban muy relajados. La vestimenta que les habían dado es nada menos que una especie de pijama para enfermos de hospital pero a la vez estaban muy cómodos. En eso las puertas celestes se abren y entran los mismos dos uniformados que luego de verlos a todos les pide que los sigan. Todo el grupo sale del gran baño y ven que todas las puertas del pasillo que estaban cerradas ahora están abiertas y en todas ellas se pueden ver a numerosos doctores y enfermeras. Alexis se fija que las puertas rojas también están abiertas. Todos estaban mirando hacia varios puntos del pasillo, cuando uno de los uniformados les dice.
– Ahora serán examinados para ver su condición real. Pueden pasar de a uno, no se preocupen hay bastantes doctores para examinarlos a todos; dependiendo si los doctores los dan de alta, ustedes podrán ir a la sala de al fondo, la de las puertas rojas, donde se les dará sus ropas nuevas. Bueno, les deseamos suerte. –Luego los uniformados los dejan y lentamente con algo de vergüenza uno a uno, de los 120 jóvenes se acercan y ven que todas las puertas blancas que estaban cerradas, estabas abiertas y son recibidos por enfermeras.
Minutos después, Alexis no había entrado a ninguna sala, quería ver a sus compañeros que eran atendidos, ve que algunos de sus compañeros son enyesados otros solo lo saludaban mientras eran examinados, y otros son llevados en camilla hacia otras salas. Su ronda termina cuando una enfermera lo toma del brazo y lo lleva con un médico.
Pasaron los minutos y doce jóvenes son los primeros dados de alta, algunos esperan por sus amigos, otros caminan hacia la sala de al fondo y otros se quedan conversando en el pasillo. Algunos uniformados, que de a poco habían aumentado en número, observan como los jóvenes son sanados, algunos toman notas y otros hablan con algunos jóvenes que están en los pasillos. Un uniformado en especial se queda viendo en la sala donde esta Alexis que está siendo vendado de su mano herida y de la cabeza por un doctor, el uniformado alcanza a escuchar lo que el doctor le dice a Alexis.
– Presentas un esguince pequeño en tu muñeca de tu mano izquierda y una pequeña contusión en tu cabeza pero nada de cuidado. Te vendaremos la cabeza y en unos dos días te podrás quitar la venda. En cuanto a tu mano te sugiero que no la esfuerces durante dos semanas por eso usaras un cabestrillo y usaras una muñequera. Ahora me gustaría saber ¿Quién té sano tus heridas? –Alexis se extraña por la pregunta y hace otra pregunta.
– ¿Por qué Doctor, hay algo malo? –El Doctor lo mira y le contesta con una sonrisa.
– Por nada, pero me gustaría felicitar a esa persona, hizo un buen trabajo. –Alexis estaba por contestar cuando ve al uniformado que observa desde la puerta, y le dice.
– ¿Cómo estas Alexis? –Alexis al ver el rostro de ese uniformado, se alegra diciendo.
– ¡Maestro Salas! –El Maestro Salas es el Maestro de Karate de Alexis, es calvo y de ojos castaño claros. Al ser reconocido por su discípulo. Salas camina donde Alexis y le dice.
– Cuando supe que los sobrevivientes del Instituto Metropolitano habían llegado a esta base me sorprendí, pero más cuando supe que tú eras el líder de ellos. ¿Cómo estás? Veo que presentas heridas en la cabeza y la mano izquierda, eso no le gustara al Maestro Ceballos. –Alexis al escuchar tales palabras su alegría aumenta y no resiste en preguntarle por el Maestro Ceballos a lo que el maestro Salas contesta.
– Ceballos está en otra base, pero en cuanto pueda comunicarme con él le informare de tu estado. –Alexis se fija que su maestro lleva también ese uniforme negro, Salas ve que Alexis mira su uniforme, una sonrisa aparece de su rostro para luego decir.
– Más adelante podrás usar un uniforme parecido al mío. Claro solo si tú quieres. –Alexis le pregunta.
– ¿Qué es todo esto, y ese uniforme que lleva, de que se trata todo esto? –Salas le contesta.
– Ya lo sabrás, me gustaría decirte todo, pero no me está permitido. No te preocupes todo estará bien. Además es algo grandioso. Bueno supongo que como Líder quieres saber de tus demás compañeros y compañeras. –Alexis le dice que sí, con lo que Salas le contesta.
– De los heridos con urgencia, todos están fuera de peligro de muerte. Algunos con heridas de cierto cuidado, pero en unos días, ya estarán de alta. Los demás solo presentan heridas mínimas, como tú. Claro que la tuya tiene cierto cuidado, ¿no es cierto Doctor? –El Doctor le contesta.
– Si Teniente, como le decía a su pupilo, no puede hacer esfuerzo con su mano por unos días. –Alexis ve a Salas, diciendo.
– ¿Teniente? –Salas ríe un poco para luego decir.
– Si Alexis, como escuchaste soy segundo Teniente, pero eso te lo explicare después cuando sepas todo. Bueno tengo que dejarte, cuídate ya nos veremos en otra ocasión. Me dio un gusto verte, mi buen Alexis. –Alexis se despide con un buen apretón de manos. Ve como su “maestro” sale fuera de la pieza, en eso escucha al doctor mientras la enfermera le coloca el cabestrillo.
– Listo señor Astorga, creo que le daré el alta, la enfermera terminara con el cabestrillo y luego podrá ir a la sala del fondo. Yo ahora iré a ver a otro joven. –Alexis ve como la enfermera termina su trabajo, en eso recuerda algo y detiene al Doctor diciendo.
– Doctor, no fue una sola persona que sano mis heridas, todas las chicas se encargaron de sanar mis heridas y de todos mis compañeros. –El Doctor se acerca y le dice.
– Ellas tendrán su recompensa. –El Doctor sonríe y luego se retira mientras Alexis queda confuso, en eso escucha a la enfermera que le dice.
– Listo puedes irte. –Alexis mira el bello rostro de la enfermera y luego se pone de pie y camina hacia la sala del fondo, mientras lo hace piensa en por qué no dijo el nombre de Mariana, si ella sano sus heridas pero después dedujo que no era lo correcto ya que muchas se preocuparon no solo por él sino por todos. En eso siente una mano en su hombro y una voz que le dice.
– ¿Qué te paso en la mano? – Alexis despierta de sus pensamientos y ve a Alejandro que tiene vendado completamente su extremidad derecha. Alexis le pregunta lo mismo y es Alejandro quien contesta.
– Es un esguince, no es nada grave, pero tengo que estar con él por unos quince días. ¿Y tú? Veo que también estas vendado y con cabestrillo. –Alexis le explica la situación de su mano, mientras ambos se acercan a las puertas rojas. Llegan a la sala del fondo la cual está junto con otro pasillo que está cerrado con otras puertas. Al momento de entrar son recibidos por los uniformados quienes les dan una bolsa plástica que contiene ropas azules para después decirles.
– Pasen y vístanse, luego entran por la entrada central de camarines y esperan. –Alexis y Alejandro toman las bolsas con la mano libre que le quedan, y luego pasan por un pequeño pasillo, doblan hacia la derecha y ven unos pequeños camarines, en eso ven a dos uniformados y estos ayudan a Alexis y a Alejandro a cambiarse de ropas. Ya cuando han terminado Alexis se ve al espejo con su ropa nueva que es nada menos que el mismo uniforme que usan en la base, aunque este es de color azul oscuro con ribetes amarillos y cuello ahumado, en eso se fija en el escudo que tiene en su pecho pero Alejandro en eso se acerca y le dice.
– Té vez bien con uniforme. –Alexis le dice lo mismo y al mismo tiempo se olvida del escudo. Luego entran por la entrada que esta al centro de los camarines y ven una sala de paredes blancas. El piso está cubierto por una alfombra de color azul marino, al centro hay una mesa de cristal puesta sobre lo que parece a un escudo donde se ve la tierra y en el centro de esta un ave Fénix cuyo centro esta las iniciales A.T.U. Tanto Alexis como Alejandro no le prestan mucha atención al escudo que también llevan los uniformados y su propio uniforme, más bien le prestan atención a sus amigos que ya se unían en ellos. A medida que pasa el tiempo se unen los demás hasta completar 70 o sea 50 menos de los 120 que estaban al principio. Alexis les informa a sus compañeros sobre la charla que tuvo con su Maestro y así nadie se preocupa por las ausencias y eso ayuda que todos conversen amenamente de sus heridas y pequeñas aventuras mientras los sanaban o recordando lo bueno y lo malo en el Instituto y preguntándose como estarán sus compañeras de batalla. La conversación iba en aumento, numerosas voces resonaban por la sala, risas iban y venían. Había mucho relajo y alegría y el ambiente de la sala estaba lleno de energía positiva que contagiaba a la única mujer que había entrado a la sala. Esta chica de excelente presencia, de cabello rubio, lizo y corto que le llega hasta el cuello, de ojos azules, de rostro jovial y una bonita sonrisa, vestida, también con el uniforme negro con ribetes rojos y muy joven por lo demás, de una edad que entraba en el rango de edad de los chicos que estaban en la sala, se presenta diciendo.
– Buenas tardes, soy la Capitana Lynna Aguirre Catalán, voy a ser la que los dirigirá al casino de la base, por favor síganme. –La Capitana se da vuelta y camina, pero después algo la hace darse vuelta y ve que nadie la sigue, es más ve a todos los jóvenes en el mismo lugar, regresa a la sala de espera y les pregunta.
– Insisto que me sigan al casino por favor. –Pero nadie se movía, o no le hacían caso o estaban inmóviles por la presencia de la Capitana Aguirre. Alexis camina hacia la Capitana, lo mismo hacen los demás pero lentamente. La Capitana al ver esto sonríe, espera a que Alexis se le acerque para caminar y ya cuando él está muy cerca de ella, esta camina. Mientras lo hacen, Lynna mira a Alexis que está a su lado, y atrás de ellos, los 69 jóvenes. La Capitana se fija en el rostro algo nervioso de Alexis y luego le pregunta.
– Parece que tú eres el líder. – Alexis la mira y sonríe, Lynna se sorprende un poco ante esa actitud amistosa del chico, pero en eso siente una fuerte presencia, que la deja casi paralizada e imprevistamente Alexis le contesta.
– No soy el líder, lo que pasa es que no esperábamos a una joven tan hermosa como usted. –La Capitana se ruboriza en demasía pero después su mente se centra en otra cosa.
– ¿Que fue esa presencia que sentí cuando vi sus ojos? No sé qué es, pero de seguro puede llegar a ser un gran soldado si se alista. –Luego la Capitana mira el rostro de Alexis y una tímida sonrisa nace de su rostro al ver que este la mira detenidamente al rostro. En eso llegan a la entrada de lo que parece ser el casino de la base, pero antes de entrar, Alexis y los demás ven que por el otro lado del pasillo vienen llegando las chicas y que a la cabeza de ellas esta Susana.
– De las 103 chicas que había al principio solo 90 fueron dadas de alta. –Le informo rápidamente Lynna a Alexis lo que a él le alegro mucho. Los demás al verlas sienten una sensación de correr a abrazarlas pero se frenan. Finalmente ambos grupos entran al casino. Alexis y todos los hombres no podían creer ver a sus compañeras tan bien vestidas con el uniforme azul que a diferencia de los hombres tienen un estilo muy femenino. Alexis ve que Susana se ve muy bella al igual que Mariana que tiene el cabello suelto a diferencia de la primera que lo tiene tomado con un colé, pero después mira al frente por ser el primero en la fila. Al entrar son recibidos por dos señoritas que les dan a cada uno una tarjeta magnética de color azul plateado con un escudo parecido al que había en el salón del fondo, aunque la diferencia es que esta solo en un lado mientras en otro lado el mismo símbolo pero esta vez con otras iniciales (C.T.U), ambos escudos son de color amarillo. Muchos no le dan importancia a la tarjeta, pero aun así se la guardan en uno de los bolsillos del uniforme. Lo que más le llama la atención es la grandeza del casino, que es de paredes de madera tallada de gran hermosura, de un piso alfombrado de color azul marino, en el centro de este está nuevamente ese escudo, además hay tres grandes mesones de casi el mismo largo que el casino, adornadas con vasos y servicios. Los 160 jóvenes se mezclan para sentarse según su gusto. Alexis, Alejandro y Rodrigo se unen a Mariana, Natalia y Susana. Las tres se veían muy relajadas y muy limpias. En eso Rodrigo abraza a Natalia y a Mariana. Alejandro y Alexis quedan perplejos al ver esto, Susana al verlos les pregunta.
– ¿Qué no se habían dado cuenta? –Alexis ve a Susana y le pregunta.
– ¿De qué? –Susana se ríe de buena gana y es vista por Alexis y Alejandro, esta al ver sus rostros se ríe con más gana para después decir.
– Rodrigo, Mariana y Natalia son hermanos. –Rodrigo se da vuelta y mira a sus amigos que están algo anonadados con la noticia.
– ¿Yo pensé que sabían? –Alexis trata de hablar pero no puede. Alejandro se le adelanta.
– Pensamos que Mariana es tu hermana pero Natalia, si su apellido es Díaz no Valdés. –Mariana le dice.
– Natalia tiene el apellido de nuestra madre pero somos hermanos de sangre. –Luego se coloca sus manos en la cintura y muy seria les dice. –Se ve que ambos son bien distraídos, de ti Alejandro no me lo esperaba pero de ti Alexis espero cualquier cosa. –Alexis mira al techo mientras sus amigos se van a sentar en el mesón del centro. Cuando están todos sentados, de una puerta que esta al fondo del casino van entrando varios sirvientes con carros con platos de comida. Alejandro al ver esto se le cae la baba y Alexis al verlo le pega un codazo diciendo.
– Oye sé más discreto. –Alejandro se soba el brazo y luego le dice.
– Pero como no voy a babear, hace tiempo que no veo tantas delicias. –Alexis sin darse cuenta se le cae la baba al ver tantos manjares. En eso se fija que Susana que esta frente a él lo está mirando. Alexis al percatarse le pregunta.
– ¿Qué pasa por qué me miras? –Susana no le dice nada, es más mira para otro lado. –Alexis la mira de reojo pero después ve las delicias que le están sirviendo, de inmediato toma un pedazo de pollo y come. Sin darse cuenta todos estaban hambrientos y todos no esperan a que la comida sea servida por completo. En eso Alexis que está comiendo tranquilamente su pollo escucha una voz que le dice.
– Alexis come con cuidado. –Alexis mira a esa persona y ve que es.
– Mariana déjame comer tranquilo. –Mariana se enoja y mira para otro lado. Alexis no le da importancia y sigue comiendo. En eso escucha a Alejandro que en forma de broma le dice.
– Alexis querido, come con cuidado. –Este lo mira seriamente y Alejandro al verlo decide seguir comiendo. A medida que pasan los minutos siguen llegando más jóvenes.
Después de media hora de comer tan deliciosas comidas, comienzan a aumentar las voces en el salón y las carcajadas no tardan en aparecer.
– Ahh parece que explotare. –Alejandro se toca su barriga mientras Alexis toma un sorbo de su vaso. En eso ve a Mariana que todavía no le dirige la mirada. Alexis se compadece y le dice.
– Mariana perdona no quise ofenderte. –Mariana lo mira y frunce el entrecejo y le dice.
– Vaya, veo que te importo. –Alexis se queda pensativo, en eso ve que los que estaban cerca los quedan mirando. Alexis se ruboriza un poco para después decir.
– Claro que me importas, pero no te molesto a cada rato con consejos como tú lo haces. –Mariana se le queda mirando para después decir.
– Si tienes razón, me he puesto un poco majadera. Ya no te molestare más. –Alexis mira hacia el techo y luego le dice.
– No es lo que quiero, me gusta que me aconsejes, que me cuides y cosas así pero no lo hagas tan seguido. ¿Okey? –Mariana acepta y hacen las paces pero en eso otro se entromete diciendo.
– Chsss ¿Por qué no se casan? –La voz era nada menos que de Alejandro, Alexis lo ve y este desvía la mirada diciendo.
– ¿Habrá postre? –Tal actitud saca carcajadas de ese lado de la mesa, y lo mismo se repetía en todo el casino. Quince minutos después sirven unos deliciosos postres que consisten en helados, frutas, tortas, flanes, jaleas y muchas otras delicias. Todos gozan los postres y delicias hasta quedar demasiados satisfechos. De pronto una voz suave silencia a todos, y todos ven a una joven arriba de un banquillo. Ella se presenta como la Teniente Silva y luego de ver que tiene la atención de todos comienza a hablar.
– Si ustedes quieren, después de terminar de cenar pueden caminar por los alrededores de la base pero no pueden salir del edificio, también pueden descansar en sus respectivas habitaciones donde ya fueron instalados y con la tarjeta que les dieron en la entrada pueden acceder a ellas. –Todos sacan sus tarjetas y luego la miran, algunos evitan hacerlo y miran a la uniformada que les dice.
– Los que quieran caminar por las instalaciones pueden hacerlo. Si no saben dónde están pregunten a cualquiera que transite por ahí y con gusto les responderá, pero por favor no deben salir de la base hasta que se les permita hacerlo, se los digo por su propia seguridad, el peligro todavía acecha fuera de este recinto. Ustedes están muy seguros en este lugar. –Luego la señorita saca la tarjeta a la luz de todos y les dice.
– Las habitaciones se encuentran en este mismo nivel y también a dos niveles superiores, sólo tienen que buscar su número, el nivel en el que ahora están es el nivel A, los que digan B tiene que subir un piso más y los que digan C tiene que subir dos pisos más, cualquier consulta solo pídanla a las señoritas que los estarán esperando en las afueras del casino que también podrán servirles de guía, en cuanto a sus habitaciones el número de las tarjetas está en la puerta. –Luego la guarda y después les dice.
– Yo sé que ustedes tienen muchas preguntas, pero eso se les revelara mañana. Por ahora les pido mantenerse dentro de la base. El día de mañana a las 9 AM será servido el desayuno y a las doce el almuerzo, todo acá en este casino y después se les indicara donde queda el auditorio donde sus dudas estarán aclaradas. Muchas gracias. –Todos al escuchar tales palabras quedan más tranquilos, pero algunos miran a Alexis quien al ver esas miradas concentradas en su misma persona se para de su asiento y todo el salón queda en silencio. Los uniformados que miran tal escena quedan algo sorprendido ya que el casino quedo en un denso silencio, no así Lynna que no le quita la mirada de encima a un Alexis que muy serio, los ve a todos, dejando que el silencio se alargue por unos segundos, hasta decir.
– Yo no sé pero… quiero más postre. –Todos se quedan mirando y luego explotan cientos de carcajadas. Mientras, Alexis se vuelve a sentar y mira a Alejandro quien le pregunta.
– ¿Qué hiciste? –Alexis lo mira con una sonrisa y le contesta.
– Pedir más postre. –Luego piensa y dice. – ¿Creíste que iba a decir una charla? Donde la viste. –Después un sirviente se acerca y le sirve una copa de helados que Alexis se sirve con gusto, lo mismo pasaba en las demás mesas.
Alejandro estaba gustando mucho su postre cuando se da vuelta hacia un lado y ve que el asiento de Alexis está vacío, le pregunta a Susana y esta le contesta.
– Me parece que fue al baño. –Alejandro ve que Susana esta algo desanimada pero en eso escucha una voz muy conocida amplificada por un micrófono.
– Ejem, se escucha, ¿Estará encendido? Silencio por favor. – Todos miran y ve que él que esta hablando es Alexis, quien estaba sobre la tarima. Todos en silencio escucha lo que Alexis iba a decir. – Ehm bueno como todos saben hace 7 horas muchos estábamos peleando por nuestras vidas pero ahora siento que estamos a salvo, a salvo de esas criaturas que nos cambiaron la vida completamente. Ahora, hemos cenado como se debe y estamos limpios, sin ese olor a sangre o llenos de sudor. Lo importante es que estamos bien en este lugar y como ustedes, yo también tengo muchas preguntas y mañana tendremos la oportunidad de aclararlas, saber que paso con nuestras vidas y nuestros seres queridos… no sé por ustedes pero yo, realmente quiero saber quiénes son esas criaturas y que nos deparara el futuro. Yo me quedare para saberlo, y les recomiendo que ustedes también lo hagan, tenemos y nos ganamos ese derecho de saberlo ¿no? –Todos al unísono gritan que “si”. Entonces Alexis levante su mano izquierda empuñada y deja el micrófono en su lugar y baja del banquillo y todos rompen en un fuerte aplauso mientras Alexis algo nervioso camina hacia su lugar en silencio, aunque de a poco va chocando las manos con varios de sus camaradas, después se sienta y mira a Alejandro que esta anonadado y le dice. –Querías que hablara ¿No? Bueno ya lo hice. –Después sonríe y se presta a terminar su copa de helado.
Continuará… El capitulo 5 continuará el próximo Lunes 21 de septiembre del 2015.
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Crónicas del Magín Milenario episodio 1 (c)
2014