Hoy hace frío
y tiemblan los gorriones
en el jardín.
Mueven las alas
de forma caprichosa,
buscan al sol.
Pero las nubes
que abundan en el cielo
hoy se lo impiden.
Tras los cristales,
y dentro de mi casa,
yo los observo.
Es el otoño,
me digo en un aparte,
y hasta sonrío.
Tomo el café
que tengo entre las manos,
muy lentamente.
Comienza el día,
hay nubes en el alma
y en la mirada.
"Quisiera verte",
te digo sin palabras,
en la distancia.
Pero estás lejos
y verte es imposible
hasta otro rato.
Suspira el labio,
susurran los latidos
y grita el alma,
desde el silencio.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/10/24