La vida es como un sueño
que pasa en un instante,
te embriaga y te enamora
se cuela entre tu sangre.
Y marchas por la vida
y vuelas por el aire
suspiras con la brisa
al paso de las aves.
Y todo es un momento,
un sueño con un traje
que tú le vas vistiendo
en medio der sus calles.
Se mezcla la utopía
con sueños e ideales,
y todo cobra forma
que invita a que la dances.
Susurran las cigarras
y dejan sus cantares,
y asoma tu sonrisa
buscando el labio amable.
El labio con el beso
soñado y que te calme
los fuegos y pasiones
del alma y de la carne.
¡Bendita la inocencia
y el sueño ingobernable
del hombre enamorado
que es niño y no lo sabe!
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/24