Que sea un día especial
en los ojos de los niños,
y se borren las tristezas
y los llantos y suspiros.
Que florezcan en sus almas
los deseos contenidos,
y esos ojos tan sinceros
nos deslumbren con su brillo.
Que recojan el mensaje
que en Belén dejó ese Niño,
que ha venido en este día
con ternura y con cariño.
Que contagien nuestros pechos
y nos hagan ser sencillos,
sin los odios y pasiones
de las guerras y cilicios.
Que podamos ver la vida
con los versos y los trinos,
de las aves del poema
que aportaron su granito.
Y que en estas Navidades
recobremos el sentido,
para ver esos regalos
con sonrisas y sin gritos.
Y busquemos las miradas
en los ojos de los niños,
y soñemos como ellos,
por un mundo más bonito.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/24