Abrir los ojos y despertar
al día, que comienza.
Dar unos pasos vacilantes
por la nueva senda
que se ofrece ante nosotros.
Saludar a la vida, sin palabras,
y con una sonrisa en los labios.
Contemplar la mariposa
que pasa y recoger el suspiro
e invitación para subirte en sus alas
y volar al infinito.
...Y soñar,
¡soñar sin descanso!
como el niño que fuiste
y que sigues siendo,
a pesar del tiempo y de la edad!
Gracias a la vida y al destino
que te ofrece este regalo,
en otro año, en otros días,
con compañeros,
amigos y familia a quien quieres
y te sientes unido
en un lazo indivisible de cariño.
Bienvenida poesía,
amiga y compañera,
a pesar del tiempo transcurrido.
Llévame y llévanos lejos, para
disfrutar de este regalo maravilloso,
para conseguir el suspiro de la vida,
para sentir el abrazo y el latido
de la naturaleza y de tu esencia.
Pero, sobre todo, para conseguir,
que mi corazón siga latiendo
con el fluido mágico de tus versos
de la vida, que está en el tiempo,
y que éste me regala, cada día,
para cubrir la necesidad imperiosa
que mi corazón necesita.
Te quiero, Amor, te quiero
y necesito, día tras día,
y es lo que te pido para este
año que comienza.
Rafael Sánchez Ortega ©
010125