
Fueron tus sueños
la brisa cristalina
de una mañana.
Y aquella voz
que alegre relataba
sus utopías.
Y fueron míos,
los sueños y utopías,
que me contaste.
Porque te amé,
creí que tus palabras
eran sinceras.
Hoy es el eco,
de nuevo, el que devuelve
esos recuerdos.
Y con tu voz
que excita mis sentidos
vuelvo a soñar.
Sueño contigo,
con ratos y momentos
que fueron nuestros.
Sueño con otros
que trazan mis deseos
y fantasías.
Y estoy contigo,
ahora como entonces,
porque te amo.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/03/25