
Callan las letras
y lloran los cipreses
del camposanto.
Los ojos tiemblan
y vuelven los recuerdos
con unas lágrimas.
"No llores", dice,
un labio tembloroso
cuando te ve.
Sigue la vida
y siguen sus latidos
marcando el ritmo.
Hay poesía,
cariño en estas fechas,
y mazapán.
Pero es un Niño
que ofrece su mirada
con miel y Paz.
Paz a los hombres
y Niños, que en el mundo,
tratan de amar.
Por eso pido
del cielo, este regalo,
a todos por igual.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/12/25
