Publicado el 30 octubre 2012 por Poetayanes
@poetayanes
1. El matrimonio es para amar. Y amar es una decisión, no un
sentimiento. Amar es donación. La medida del amor es la capacidad de
sacrificio. La medida del amor es amar sin medida. Quien no sabe morir,
no sabe amar. No olvides: amar ya es recompensa en sí. Amar es buscar
el bien del otro: cuanto más grande el bien, mayor el amor. Los hijos
son la plenitud del amor matrimonial.
2. El amor verdadero no caduca. Se mantiene fresco y dura hasta
la muerte, a pesar de que toda convivencia a la larga traiga problemas.
El amor, ama hoy y mañana. El capricho, sólo ama hoy. Los matrimonios
son como los jarrones de museo: entre más años y heridas tengan, más
valen, siempre y cuando permanezcan íntegros. Soportar las heridas y la
lima del tiempo, y mantenerse en una sola pieza es lo que más valor
les da. El amor hace maravillas.
3. Toda fidelidad matrimonial debe pasar por la prueba más
exigente: la de la duración. La fidelidad es constancia. En la vida hay
que elegir entre lo fácil o lo correcto. Es fácil ser coherente
algunos días. Correcto ser coherente toda la vida. Es fácil ser
coherente en la hora de alegría, correcto serlo en la hora de la
tribulación. La coherencia que dura a lo largo de toda la vida se llama
fidelidad. Correcto es amar en la dificultad porque es cuando más lo
necesitan.
4. Séneca afirmó: “Si quieres
ser amado, ama”. El verdadero amor busca en el otro no algo para
disfrutar, sino alguien a quien hacer feliz. La felicidad de tu pareja
debe ser tu propia felicidad. No te has casado con un cuerpo, te has
casado con una persona, que será feliz amando y siendo amada. No te casas para ser feliz. Te casas para hacer feliz a tu pareja.
5. El matrimonio, no es “martirmonio.” De ti depende que la vida
conyugal no sea como una fortaleza sitiada, en la que, según el dicho,
“los que están fuera, desearían entrar, pero los que están dentro,
quisieran salir”.
6. El amor matrimonial es como una fogata, se apaga si no la
alimentas. Cada recuerdo es un alimento del amor. Piensa mucho y bien
de tu pareja. Fíjate en sus virtudes y perdona sus defectos. Que el
amor sea tu uniforme. Amar es hacer que el amado exista para siempre.
Amar es decir: “Tú, gracias a mí, no morirás”.
7. Para perseverar en el amor hasta la muerte, vive las tres “Des”: Dios. Diálogo. Detalles.
a. Dios: “Familia que reza unida, permanece unida”.
b. Diálogo, para evitar que los problemas crezcan.
c. Detalles: de palabra y de obra. “Qué bonito peinado”. “¿Qué se
te antoja comer?” “Eres el mejor esposo del mundo”. “Hoy, la cena la
hago yo”. “Nuestros hijos están orgullosos de ti”. El amor matrimonial
nunca puede estar ocioso.
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