Estaba marcado en la agenda como “nuestro día”: sería el 8 de marzo, jueves, y sería estupendo; mas quiso el destino burlón que sólo fuera el Día de la Mujer. Un día que ya no lleva el adjetivo de “trabajadora”, porque tal virtud va implícita en nuestro sexo, salgamos o no de casa para demostrarlo.
Desde este blog quiero felicitar a todas las mujeres que lean estas líneas, y a las que no. A las que trabajen fuera de casa, y a las que lo hagan dentro. A las que estudien, a las que concilien, a las que respondan, a las que amen, a las que pacifiquen, a las que respeten y a las que confíen. A todas las mujeres de buena voluntad.
Porque lo merecen. Porque lo merecemos. Un abrazo solidario y un poema…
Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.
(Mario Benedetti)