8 diferencias entre ser escritor profesional de un escritor aficionado

Publicado el 25 mayo 2015 por Cabaltc

Hace poco tuve un conversación con un conocido en la que, después de un rato de debate, mi interlocutor dijo lo siguiente: Un escritor es profesional cuando vive de lo que escribe.

Fue una frase dicha sin más, en un contexto bastante distendido y en el que no estábamos hablando de mi mismo. Pero fue una frase que me hizo recapacitar al respecto.

La pregunta que me dejó dando vueltas por la cabeza fue la siguiente:

¿Quién es un escritor profesional y quién aficionado?

Ya hace mucho tiempo (más o menos desde que decidí que iba a escribir una novela) en el que me cuesta contestar a una pregunta aparentemente tan sencilla como: ¿y tú a qué te dedicas?

La respuesta más obvia y más corta (soy escritor) suele ser la que más comentarios suscita. ¿No eras ingeniero? ¿No te dedicabas a la consultoría? ¿Entonces ahora sólo escribes? ¿Has publicado algo? Y otras preguntas por el estilo. Sin embargo, sí que es verdad que me cuesta considerar algo como una profesión cuando el dinero que da no te permite vivir de ello.

En mi artículo sobre cómo escribir un libro pt. 1 y pt. 2, os contaba que la escritura sólo da dinero para vivir de ello a un 5% de los escritores. Y eso, según unos parámetros bastante arcaicos y obsoletos de clasificación profesional, dejaría al 95% de los escritores como aficionados.

Así que, si el salario que percibe un escritor por sus textos no es un buen baremo para juzgar la profesionalidad de un escritor… ¿qué define a un escritor profesional?

8 características del escritor profesional

Después de darle muchas vueltas (y si, leer unos cuantos artículos de otros escritores que se hacen las mismas preguntas), he hecho un mix con las 8 características que diferencian al escritor profesional del aficionado.

Porque: Un escritor profesional

1. Tiene hábito

No siempre se puede aplicar a ciegas el refranero popular, pero en este caso tenemos un refrán muy sabio que dice que el hábito hace al monje. Si, puede sonar como una auténtica perogrullada, pero un escritor escribe. Y escribe mucho.

Las rutinas son muchas y muy diversas, casi como personas que escriben. Algunos escribimos poquito a poco, una cantidad determinada de palabras por día durante todos los días. Otros prefieren vomitar sus ideas durante horas, y luego dedicar tiempo a reposar y repasar lo que han escrito. Cada maestrillo tiene su librillo (hoy me está dando por los refranes). Pero lo que está claro es que un escritor tiene una rutina de escritura. Y la cumple.

2. Planifica

Aquellos que hayáis leído otras de mis entradas sabréis que soy un fanático de los planes. Sin embargo creo que un escritor profesional tiene en mayor o menor medida planificado lo que quiere hacer.

No sólo se sienta delante de su cuaderno o portátil a escribir, sin saber de dónde viene o hacia dónde va. Tiene claro qué está escribiendo, para qué lo está escribiendo y tiene una estructura clara de cómo quiere que evolucione. Y fuera de eso, tiene también un pequeño plan de promoción, publicidad, edición, …

En definitiva, piensa más allá del propio texto y tiene un plan. Otra cosa es que lo cumpla.

3. Expone su obra

Sea cual sea la plataforma que utilice para hacerlo, un escritor expone sus textos. Algunos publican artículos en revistas, otros microcuentos en redes sociales, poseen un blog o una web, un canal de Youtube… Prácticamente todos tienen su pequeño rincón en Internet en dónde enseñar a su posible público qué es lo que están escribiendo y cómo lo hacen.

Aun existen a día de hoy algunos escritores que viven de lo que consiguen publicar con su editorial (sobre todo si consiguen publicar con alguna de las grandes). Pero el mundo artístico ha cambiado increíblemente desde la aparición de La Red, y el modelo de negocio está cambiando, y ya son muy pocos los escritores que no poseen su propio espacio virtual.

Esto no quiere decir que todo escritor tenga que tener cuenta en todas las Redes Sociales del mundo mundial. Hay que tener sólo aquellas en las que te sientas cómodo, te sirvan para el objetivo que tengas marcado y no te roben demasiado tiempo. Os dejo un link a una pequeña guía para escritores en redes sociales que publiqué hace algún tiempo por si os sirve de ayuda.

Y esto nos lleva al siguiente punto…

4. Acepta las críticas

No me estoy refiriendo a aquellas que vengan de tu editor, tu familia o de aquellos lectores descontentos (o contentos) que pueblan las redes sociales de comentarios destructivos.

Me refiero a todos aquellos comentarios que vamos recibiendo en nuestros blogs, webs o distintos canales. No existe nadie más sabio y que mejor pueda opinar sobre tu obra que aquellas personas que, de manera desinteresada, quieren leerla.

Porque al final un texto, una historia, no es propiedad de su autor, sino de cada una de las personas que tengan a bien llenarse de ellas. Y, como en todo arte subjetivo (casi cualquier cosa que no se puede demostrar con una fórmula matemática), la interpretación correcta es la que cada uno haga por si mismo.

Y muchas veces no se consigue transmitir la idea que pretendemos, pero el resultado no tiene por qué ser malo, y nos da muchas pistas sobre cómo podríamos mejorar el siguiente de nuestros textos.

Aunque, como en todo servicio que se ofrece y que está sujeto a la crítica de cualquiera que lo utilice, hace que un escritor profesional…

5. Tiene una voluntad de Adamantio

Hay críticas que duelen más que otras (normalmente son las menos constructivas de todas), pero todo escritor se expone indudablemente a ellas. Sin embargo no sólo está expuesto a la crítica.

También está expuesto a la ausencia de respuesta. ¿Ha gustado? ¿No ha gustado? ¿Alguien me lee siquiera? El rechazo es una parte muy presente en cualquier labor artística y es uno de los mayores miedos que pueblan la mente de cualquiera que se atreva a exponer lo que hace.

Además está el rechazo de las editoriales, los malos resultados (ya sea en ventas como en visitas, visitantes o cualquier otro indicador que utilicemos para medir nuestro éxito).

Y por encima de todo, está expuesto a la crítica de uno mismo. Todos pasamos crisis de fe en algún momento de nuestra vida, pero cuando te enfrentas a un proyecto creativo, en solitario y que abarca un enorme espacio de tiempo sin poder ver resultados… nuestro mayor enemigo pasa a ser uno mismo.

Sin embargo, consigue enfrentarse a todo esto y seguir adelante.

6. Dedica mucho tiempo

Tanto a leer como a escribir. Ya sabéis que me gusta mucho esta frase de Stephen King sobre el oficio del escritor:

Lee y escribe entre cuatro y seis horas al día. Si no encuentras el tiempo para hacerlo no podrás convertirte en un buen escritor

La cantidad de horas puede ser discutible, pero lo que no es cuestionable es que un escritor debe leer mucho. No sólo sobre sus escritores favoritos, sino sobre toda clase de géneros y autores que puedan darle una visión más amplia sobre cómo se enfrentan distintas personas ante situaciones más o menos similares. En definitiva, obtiene diferentes herramientas para aplicar en su propia escritura.

Y por supuesto, escribe mucho. Sobre su actual proyecto, sobre las ideas que se le ocurren, sobre su vida (manteniendo un diario, en su blog…

Porque la práctica es la mejor aliada de un escritor.

 7. Trata la escritura como pasión y como profesión

El tratamiento que nosotros mismos damos a nuestra relación con la escritura es extremadamente importante. Tenemos que creernos lo que somos.

Si ni siquiera tú mismo puedes clasificar la escritura como tu profesión… ¿por qué habían de hacer los demás lo contrario?

8. Lleva dentro a un editor

Porque es el primero que asume y acepta con total normalidad que sus textos no son perfectos. Es capaz de revisarlos y de ver qué cosas no encajan, dónde podría haber un fallo de estructura, de gramática o incluso de inconsistencia argumental.

Él es el primer y mayor crítico de sus propias palabras y es el que menos clemencia muestra con ellas.

Sin embargo, debe saber manejar ese afán crítico en pro del avance de sus textos. Sus propias dudas y críticas no le impiden avanzar y mostrar su obra al público, aun siendo consciente de todos los puntos de mejora que existen. Porque aprende de ello.

Porque…

…a pesar de todas las críticas (propias y ajenas), el tiempo invertido, la paciencia que demuestra día a día con su creación y las horas y horas que dedica a realizar tareas externas a la escritura (promoción, investigación, revisión, edición, …)…

Un escritor profesional ama la escritura y lo único que quiere es escribir.

Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal.

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