Nueve días han tenido que transcurrir desde que me infectaron el maldito virus para que vuelva a comenzar a sentirme persona. Aún con décimas de fiebre. Todavía embadurnada en el famoso gel de eucalipto que nuestras madres nos repartían por pecho y espalda. Por fin, expectorando con cada golpe de tos, empiezo a sentirme yo misma.
Ayer lo comentaba mi médico: "se desconoce la procedencia de este fortísimo virus gripal que llegó junto a la ola de calor sahariano de hace unos 10 días; tómalo con paciencia que parece que durará unas tres semanas como poco"... Así que me restan otros doce días hasta volver a sentirme plena y al 100%. Si ya lo digo yo siempre: los calores no traen nunca nada bueno.
He soñado con que era dueña de un caballo tordo precioso. Acaso se debiera esta nueva aventura onírica a que hace un par de días un jinete pasó frente a casa sobre un ejemplar casi exacto al de mi sueño...O quizá, quién sabe, la vida me tiene reservada sorpresas cabalgantes. Me gustan los caballos, me siento muy identificada con ellos. ¿Se deberá a mi personalidad sagitariana, mitad humana, mitad caballo?
9 días de siestas a todas horas, de agujetas en la tripa de tanta tos, de ahogos y nervios, de ensoñaciones aun despierta. 9 días. 9. No podía ser de otra manera: el 9 es mi número cabalístico...Pero esta es otra historia.
Pasad un muy feliz jueves que siempre existen motivos para sonreir y hacer felices:).