9 tips de peso para tener tu cuerpo ideal

Publicado el 10 enero 2013 por Elijoestarbien @elijobienestar

¿Sabías que más de la mitad de las personas que se ponen a dieta, recuperan su peso y hasta con intereses?

El peso por sí solo es un indicador engañoso -pues no te dice cuánto de eso es hueso, agua, músculo o grasa- y eso haría de la báscula una “amiga hipócrita” que nadie quiere tener; hazle caso a tu ropa, ve y siente cómo te queda pues es una forma casera de medir la grasa que vas eliminando.

1. Utiliza platos más pequeños:

De acuerdo a un estudio de la Universidad de Cornell, un plato grande hace que te sirvas más comida y por lo tanto que comas más, pero también hace que pienses que no comiste tanto.

2. Haz al menos 3 comidas diarias: 

Saltarte comidas no es igual a un ahorro de calorías. Repartir tus alimentos por lo menos en 3 comidas al día te ayuda a regular tus niveles de glucosa en sangre, lo que también evita que sientas tanta hambre que devores lo que encuentres a tu paso (y que nos lleva al siguiente punto).

3. No existen las dietas o alimentación perfecta:

Vas muy bien y de repente ¡zaz! no sólo te comes una galleta, si no todo el paquete; entonces decides que el día ya no cuenta y de una vez también las acompañas con una malteada de triple chocolate, total, mañana vuelves a empezar …

Cada momento es una oportunidad de elegir, no existen dietas perfectas; continúa con tu plan de alimentación saludable: sólo no te esperes al siguiente día, hazlo en la siguiente oportunidad que tengas.

4. Bebe agua natural: 

Las calorías que provienen de las bebidas son engañosas y difíciles de “registrar” para tu cuerpo.

En general es el infame contenido de azúcares del refresco, juguitos, frappuccinos y demás, lo que aporta la mayoría de las calorías a las bebidas y provocará que al poco tiempo te vuelva a dar hambre.

Si no sabes cuánto se recomienda beber de cada cosa, puedes guiarte por la jarra del buen beber:

5. Come despacio: 

No solamente te sabe mucho más lo que sea que estés comiendo, si no que le das oportunidad a tu cuerpo de avisarte que ya estás satisfecho. Tómate al menos 30 minutos para comer.

6. No comas de la bolsa o envase:

¿Alguna vez te has acabado una bolsa de papas sin darte cuenta? Si no te sirves una porción en un plato, las probabilidades de comer con moderación, son mínimas por no decir nulas: de una en una, se acaba la bolsa. 

7. Haz ejercicio:

Además de muchos beneficios, no solamente “quemas” más calorías durante el ejercicio, si no también después haberlo realizado. Una buena alimentación combinada con ejercicio es la fórmula ganadora, sin truco y permanente.

¡Un abdomen plano también se hace en la cocina!

8. Identifica si es o no hambre:

Afirmar que estas a dieta y que NO puedes comer algunos alimentos, puede crear ansiedad y un antojo casi incontrolable.

El hambre puede no ser la única razón por la que comes: ¿tienes algún sentimiento como aburrimiento, tristeza, enojo, ansiedad, estrés, depresión, euforia  …? Si contestaste que sí a alguna, seguramente te darás cuenta de que no se te antojan unos pepinos, si no algo “carbohidratoso – grasoso – azucaradoso – chocolatoso …” que te haga sentir mejor, aunque sea por un rato -que es exactamente lo que dura-.

Distraete: toma agua; háblale a alguna persona que desde hace tiempo no ves; sal a caminar; inscríbete a un curso de algo que siempre hayas tenido ganas de aprender, … en fin, hay muchas opciones.

9. Cambia tus creencias.

Crecemos con fuertes creencias sobre la comida y el peso: si comes verduras (obligación) puedes hacer algo divertido o comer un postre (premio); debes comer verduras (no porque sean ricas, sino porque son buenas para tí); si tuviste un mal día, te mereces un postre (premio); todos en la familia somos gorditos,  y así puede seguir la lista.

Lo cierto es que estas creencias que te dijeron o te dijiste a tí misma puede que ya no sean de utilidad y la decisión sobre modificar o conservarlas es totalmente tuya: tus pensamientos determinan tus acciones.

No conozco a nadie que por gusto coma cosas horribles y que sepan mal, después de todo, la vida está hecha para disfrutar (por eso en este blog, comparto recetas ricas y saludables). Lo sano también es rico y disfrutable, si no, simplemente no sería sano, ¿no crees?

 Me encantaría escuchar tu opinión, ¡déjame tus comentarios!

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Referencias:

The perils of lager plates: waist, waste and wallet.