Berta regresa a la casa familiar, donde nunca deseó volver, para hacerse cargo de la herencia de su madre, una mujer oscura y controladora que convirtió su infancia en un infierno. Asediada por los recuerdos, decide liberarse de los fantasmas del pasado desenredando la madeja de engaños de doña Alberta y su primogénita y devolviendo la libertad a su última víctima, cuyas cartas sin abrir, ocultas en el desván hasta que da con ellas, le llegan al corazón. Pero hay quienes no se alegran de la decisión de Berta y pronto se ve inmersa en un camino de trampas que puede hacer peligrar su vida.
Conocí a Mercedes con Maldita y supe que iba a repetir con ella, así que el día que me ofreció un ejemplar de su novela Cartas a una extraña no lo dudé un instante, al igual que me costó muy poco decidir mi participación en la lectura conjunta que días después organizaron Tatty, Laky y Albanta.
Y aquí estoy, encantada de haberme sentido acompañada en el disfrute del calor de esta prenda y muy contenta de haberle tendido la mano a Berta.
Y es que sí, he estado francamente cómoda envuelta en este tejido. La aguja de Mercedes sigue pareciéndome brillante y cuidadosa, aunque tengo que confesar que hay dos puntos de la trama que me han convencido menos. Pero... vayamos poco a poco.
Berta regresa a Madrid a la muerte de su madre y... ocurre lo inevitable: que el pasado se hace presente y afloran sentimientos que ella ya creía superados. Dolor, mucho dolor, pero no fruto del duelo sino de volver a enfrentarse a una infancia y juventud de subyugación a una tiranía y frialdad materna incomprensible. Volver a casa de su madre se convertirá en un suplicio por los vívidos recuerdos que le provoca, y también en un viaje de búsqueda de respuestas a cada vez mayor número de preguntas. ¿Qué secretos esconde esa familia de la que huyó hace años?
Y eso es en lo que se basa esta historia, en ese reencuentro y esa búsqueda. Búsqueda en la que jugarán un papel importante esas cartas que dan título a la novela.
Fuente
Como ya habréis podido adivinar, esta prenda entreteje secretos familiares; pero también historias amor y desamor, asesinatos... y fruto de todo ello bastante intriga de esa que te empuja a seguir y seguir leyendo. No obstante, como ya os comentaba hay dos puntos que me han convencido menos. Por un lado, he encontrado algunos aspectos de la trama un tanto predecibles, digamos que... algunos secretos lo fueron para mí por poco tiempo. Y por otro lado, me ha costado creerme o, mejor dicho, he empatizado poco con la Berta enamorada (sí, Madrid abre su corazón a recuerdos del pasado pero también a una forma de amar que no creía posible). No sé, no podría dar una razón pero... me ha costado latir con ella en ese sentido; lo que ha hecho también que el desenlace de este nudo del tejido me haya dejado un poco que ni fú ni fa. A pesar de ellos, no os llevéis a engaños, en global he disfrutado de la lectura y me reafirma en la idea de que Mercedes es una pluma a seguir, pues cada vez estoy más convencida de que recorrer sus bordados es una experiencia de lo más agradable.¿Qué me decís? ¿Os llama la atención? ¿Habéis leído algo de la autora?