Revista Literatura

A buen entendedor, derivar no es plagio

Publicado el 24 abril 2012 por Zilniya

A buen entendedor, derivar no es plagio

Todos conocemos lo que son las palabras derivadas. Por ejemplo, “nacimiento” proviene de “nacer”, “aplicable” de “aplicar”, etc. Está claro que son parecidas, pero nunca iguales. Es uno de tantos métodos que posee el lenguaje para crear nuevos términos. Y si lenguaje y literatura van inevitablemente de la mano, ¿por qué no usar la derivación de una forma menos gramatical y más literaria?

El ejercicio que realicé fue el siguiente: busqué entre dichos y frases populares alguna que tuviera una estructura bien definida, por ejemplo, el conocido “a buen entendedor, pocas palabras bastan”, de Tito Maccio Plauto. Una sencilla oración compuesta de dos frases y dos sustantivos. A continuación viene la parte del “corta y pega”…

…con palabras parecidas.

A buen tendedor, pocas pinzas bastan.

A buen tenedor, pocas vueltas bastan.

A buen tentador, pocos vicios bastan.

…con palabras que riman.

A buen vendedor, pocos halagos bastan.

A buen emprendedor, pocas razones bastan.

A buen tejedor, pocos hilos bastan.

Y después de ejercitar la imaginación, llegó la cúspide: 

A buen entendedor, pocas palabras bastan.
A buen enamorado, las palabras no bastan.—
Zilniya (@microversos) April 24, 2012

Me pregunto que le parecería a Plauto…

En fin, como dice otra cita famosa, una de Pablo Picasso: “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”. Id probando con diferentes expresiones y palabras, cual piezas de puzzle, hasta que veáis que os encaja. Os sorprenderá el resultado.


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