Otra entrada más dedicadaA cántaros. Ni sé cuántas van ya... ni las cuento.
Los que me leen saben de lo que les hablo sin necesidad de enlaces inútiles.
Imaginaslas lágrimas que ya ni caen.Las imaginas sólo para sorberlas en un poema.Imaginaslas lágrimas que ni caen.Las imaginas para sorberlas en un poema.Son sólo aquel pasado que transita en lo que hoy se define como material literario.Lo que duelecalla adormecido en los cajones,que no será capaz de abrircompasión ni empatíaalguna.Abres paso al callejón de los gatos, urbana, te miras deforme, y paseas incólume por la deformada realidad que acompaña las sombras del pasado que fue.Mimar el instante y olvidar, dicen los que dicen saber, es ese paso que damos hacia el instinto y la inocencia, es lograr nadar en ese instante en el que logramos olvidarlo todo para seguir sobreviviendo.No digo que sea fácil.No digo ya, es más.Ya sólo callo.Y me refugio en mi cavernadonde sigo esperando que llueva y a cántaros…Y que en esa alcantarilla donde viven y nadan ratas de cloacasme digo que hoy entiendo el porqué son las únicas que siguen aflote, sin que nada ni nadie logre exterminarlas.De lo que sí sé, y cada vez estoy más convencidaes de mi orilla,de mi paz, yde este ahoraque se va llenando de mañanas por destaparcuando la luna de tu sonrisaes la clepsidra que ilumina de estrellas fugaceslos números rojos,verdeso en ámbar;eres el arcoírisde mi calendario.
Y, además, esta versión de A Cántaros de Pablo Guerrero, dedicada a Joaquín Galán.