A día de hoy, no hemos podido disfrutar de su juego celestial. Más bien todo lo contrario, las pocas veces que ha saltado al campo ha causado una mala impresión entre los aficionados. Aparte de eso, parece que las lesiones se han cebado con él; culminando con su última intervención quirúrgica a los pocos días de comenzar la pretemporada.
A mí, personalmente, me resulta un poco chocante que un hombre tan devoto tenga tan mal fario. Quizás se sienta incómodo en los campos españoles, donde la expresión "me cago en Dios" está a la orden del día. O también puede ser que esté realizando su penitencia particular, así que no descarto verlo en Semana Santa de nazareno o de costalero (aunque con lo delicado que está, no creo que esto sea muy beneficioso). Así que, de momento, que descanse; y, como mucho que agarre una guitarrilla y se ponga a cantar a dúo con Juanes eso de "A dios le pido...".