Ayer te vi de nuevo, después de mucho tiempo.
Nos encontramos casualmente, los dos nos sorprendimos al vernos, nos saludamos amablemente con un beso fugaz en la mejilla casi sin tocarnos, nos preguntamos por nuestras familias, hablamos en general sin mucho detalle y nos despedimos con una sonrisa amable como dos conocidos que se encuentran después de mucho tiempo sin verse.
Pero no éramos solo conocidos, fuimos amantes, apasionados y maravillosamente locos.
¿Cuánto tiempo ha pasado? No puedo decirlo y tu, es posible que tampoco, solo sé que ha pasado y que como siempre nos envuelve en la bruma del olvido.
Que diferente este encuentro a cuando nos encontrábamos en el pasado, que diferente es todo, no puedo creer lo que el tiempo ha podido hacer con nosotros.
¿Qué ha cambiado? Somos las mismas personas, pero ahora entre nosotros hay una barrera invisible, estamos tan lejos que es imposible pensar que un día fuera diferente.
¿A dónde se fue el amor que nos acompañaba?, Aquella pasión sin medida. ¿Dónde están los besos, las caricias, las manos que no cesaban de tocarse que no podían separase?
¿A dónde han ido las mariposas en el estómago? Aquellos deseos imposibles de controlar, las ganas que nuestros cuerpos no podían posponer.
Porque hoy nuestros ojos no se buscaron con complicidad, nuestras bocas no se unieron en un beso interminable, las risas no acompañaron nuestro encuentro.
¿Qué ha cambiado? Somos los mismos, pero hoy no estamos enamorados, algo se quebró dentro de nosotros y no podemos unir los pedazos.
Al evocar aquellos tiempos en mi mente no puedo dejar de sonreír, éramos felices éramos dos cuerpos con un mismo sentimiento.
Sin embargo, aun siendo los mismos, ya no somos aquello que fuimos, somos dos personas que olvidaron que sintieron una pasión muy fuerte entre ellos, somos dos desconocidos que ayer se conocieron y hoy no saben nada uno del otro.
Somos los mismos, pero no aquellos que de tanto amarse gastaron el amor y hoy no tienen nada.
El encontrarte me ha hecho recordar momentos sepultados en mi memoria, que están dormidos y que igual que han llegado se irán y que volverán a resurgir en otro encuentro fugaz como el de hoy o como un recuerdo que no puedes controlar.
Somos un recuerdo dulce y amargo de algo que tuvimos en nuestras manos y perdimos. Sin saber cómo, nació, y sin saber cómo, un día ya no estaba entre nosotros.
Recuerdos, estamos hechos de recuerdos y esos recuerdos forman nuestra historia vivida.
Me alegra haberte conocido, me alegra tener el bello recuerdo del amor vivido entre nosotros, me alegra haber conocido ese amor intenso que nos llenó de alegría y satisfacción, me alegra poder contar que una vez disfrute un amor sublime, que ahora no me importa que acabara porque lo disfrute, aunque llorara mucho al perderlo.
Un amor que ya no está, pero vive en mi memoria, y cuando quiera puedo tener la satisfacción de vivirlo de nuevo al recordar.
Gracias a ti por haberme amando como lo hiciste, a mí por amarte como te amé y a los dos por hacerlo posible.
Hoy tengo un nuevo amor que llena mi vida y soy muy feliz, y ahora voy a su encuentro, para vivir este amor tan intensamente como quiero y disfrutarlo hasta que pueda.
Esta es la vida, así es el amor, va y viene, y siempre nos mantiene entre el placer y el dolor, la alegría y la tristeza, la plenitud y el vacío.