A donde nos lleve pensar.

Somos seres racionales. Como he dicho en otras ocasiones considero que seres racionales mal educados, mal llevados y maltratados por nuestro propio raciocinio.
He hablado más de una vez de estos temas que voy a tratar pero como ya os abreis dado cuenta observo tanto que si no lo digo me salen subtitulos.
Pensamos demasiado en algunas ocasiones. No vivimos, subsistimos entre mareas de problemas cotidianos que no presagian ningún deselance fatal por el que preocuparse. Ahogados en esos problemas sin importancia no disfrutamos de nada ni de nadie, parece que vivamos en el antifaz del lío interno, ese que no te deja ver más allá de "ese jefe cabrón" "esa que iba de amiga pero no lo era (vaya sorpresón)" "mi novi@ es un desastre en casa y me paso el día detrás recogiendo" "Mi madre me llama continuamente, no me deja vivir" "Se me ha estropeado el móvil/coche, tablet, pc, tv, no se como voy a hacer ahora" A ver, hay cosas y sobre todo personas más importantes que esas tonterías, porque si, aunque nos duela, son tonterías.
Debemos dejar de complicarnos la vida por cosas insignificantes, entregarle el riconcito importante de nuestra mente a esas personas que también nos entregan el suyo a esos momentos que nos roban el aliento y que nos iluminan los ojos con esas chispitas dignas del más bonito firmamento. Parece simple, pero a menudo nos dejamos envolver en una espiral de problemas mínimos o no tan mínimos que no nos dejan vivir y sobre no nos dejan disfrutar. Todo problema tiene una solución y un fin y de todo se sale mientras estemos vivos. Esa es la máxima a seguir.
Mimemonos a nosotros mismos, hagamos deporte, comamos sano y algún día demonos algún mimo gastronómico, bañémonos de aquellas personas que nos gustan y nos tocan la curva más bonita des nuestro cuerpo, la sonrisa. Disfrutemos con aquellas pequeñas cosas que nos encantan, pasemos tiempo conociéndonos a nosotros mismos y sobre todo abandonemonos de vez en cuanto a las sensaciones, emociones y sentimientos, no es malo ni dañino, es una cura de humanidad, de esa que necesitamos.