Revista Talentos

A efectos sociales, no somos nadie.

Publicado el 27 junio 2015 por Isabel Topham
Muchos podrán no estar de acuerdo con lo siguiente pero, no hay nadie que no sea superficial (aunque sólo sea el 10 o 20 %). Porque, por mucho que esté de moda decir eso de que "la personalidad es lo que me enamora" hay que tener en cuenta también que, para conocer esa personalidad te ha tenido que llamar sí o sí el físico de esa persona. Por ejemplo, al pasar por una pastelería su olor te llama y con tan sólo girar la cabeza un poquito para ver los distintos pasteles, entre los cuales, siempre destaca alguno más que otro, se te hace la boca agua y quieres comértelo. E incluso te lo comes. Pues, para eso, antes te los has tenido que comer con los ojos para poder digerirlo. Personalmente, y supongo que como a todos, hay gente que me ha llamado fea y hay gente que me ha llamado guapa. Y no te lo discuto, porque lo soy. Soy tal como tú me veas, eso sí, soy de esa manera para ti (y no tiene por qué ser para otro). Al fin y al cabo, la belleza es subjetiva, y está en los ojos de quien mira. Para fundamentar mi opinión, voy a recurrir a una famosa cita del científico Albert Einstein que, al igual que dijo que, "sólo hay dos cosas que son infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y estoy en duda de lo primero." también dijo, y para culminar con lo ya dicho que "todo en este Universo es relativo."
Probablemente, pretendo dedicarme a una de las profesiones más odiosas para el mundo mientras que, para mí (y unos pocos más) es todo lo contrario. Fuera del contexto comercial, quién no vende. Al tomar una decisión, manifestar una opinión en algún aspecto de la vida, enseñar los conocimientos… en definitiva, hagamos lo que hagamos estamos vendiendo un producto que, otros a su vez nos compra. Muchos dirán que por ser publicista, ya soy mala persona, al recurrir al más barato argumento de "la publicidad manipula" y, no. Tampoco pienso discutir contigo, porque estaría perdiendo tiempo y es lo único valioso que tengo. Y tienes. Puede que manipule, pero sólo lo hace una mínima parte de ella, qué hay de la buena. Para que me entiendas, voy a recurrir a uno de los sofismas que, probablemente, ya nombré en otros post. Para que esté la "buena" debe existir una "mala" publicidad que nos lo haga saber. Para que haya gente guapa tiene que haber gente fea en el mundo, para que haya ricos tiene que haber pobres y, para que podamos apreciar el valor de la vida tenemos está la muerte.
Tengamos en cuenta que la mejor publicidad es aquella que te vende el producto en su completa versión, es decir, explicándote tanto sus virtudes como sus defectos. La misma de la que nadie desconfía y, a su vez, se gana el aplauso del público. La publicidad no manipula a nadie, la buena publicidad vende y, partiendo del concepto de vender, esté es convencer o persuadir. Ahora bien, hay un cierto grado entre "manipular" y "persuadir" ya que, manipular sería dar como opciones las respuestas que a ti como ofertante te gustaría recibir en cuanto a la reacción del consumidor; mientras que, persuadir sería ofrecer estratégicamente el producto en su total realidad y que el peso de las virtudes sea mayor que el de los errores. Lo mismo ocurre con las personas, para qué escondernos detrás de los secretos. Para qué éstos. Al fin y al cabo, a la larga sólo te joden. Me explico, éstos sólo confían en determinadas personas que, precisamente, son quienes más confías. Pero, "siempre" te fallan. Mejor, en el caso hipotético de que tú y estas personas os enfadéis y si la realidad pinta mal; lo más probable es que os jodáis los unos a los otros contando por ahí los secretos que sólo ellos conocen de ti y tú de ellos. A una persona que no guarda, o dice no guardar, secretos poco daño le pueden hacer. Que no digo que no delimite tipos de relaciones, por ejemplo, amigos, compañeros de trabajo, conocidos, pareja… que no es lo mismo. Simplemente, sé transparente. Tanto que en el momento en el que la relación con alguien se tuerza no tenga de donde sacar información para joderte vivo. Y se joda él. En otras palabras, aquel que tiene secretos es alguien que esconde algo y quien esconde algo, no es de fiar. Y para esto siempre ha sido el ser humano muy reacio.
Por otra parte, y como he empezado a decir, la publicidad vende y puede llegar a manipular incluso; sí. Pero, detrás de ella, hay un equipo técnico que, probablemente trabaje según sus propios principios morales y sociales. Yo, personalmente, pretendo llevar a la práctica y mediante la publicidad, acciones sociales. Y, específicamente, a mejorar la calidad de vida de todos. A vivir mejor e incluso, más. A vivir de una forma única, pero buena para todos (y cada uno de nosotros). Por último, no porque alguien que hace lo mismo que nosotros sea considerado "nocivo" ya al resto también se nos atribuya ese calificativo y, al igual que, hay que tener en cuenta que una manzana podrida pudre el resto del cesto. Tampoco debemos tomar como excusa lo que hacen otros, para empezar a hacerlo nosotros.
Ser como los demás es no ser nadie.

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