Por: Yohan González
El 18 de enero de 2013, el colega y amigo El Colimador publicó en su blog el post titulado El Lobo de la Televisión, una observación atrayente sobre los “cambios” que los directivos (o quizás cuadros) del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) habían anunciado en la noche del 17 de enero en un protocolar y almidonado programa especial para toda Cuba. En aquel artículo expresó:
Después de años de gritar !Ahí viene el lobo! !Ahí viene el lobo!, parece que finalmente acaba de llegar a las pequeñas pantallas de las casas de Cuba el mamífero dentudo.
Casi cinco meses después de las modificaciones anunciadas por el ICRT, el lobo no resultó ser tan lobo ni mucho menos vino con los dientes afilados. La programación del domingo sigue sin encontrar la tan ansiada audiencia mientras las propuestas entre lunes y sábado continúan aburriendo a una población harta de tanto esquematismo y que opta al final por apagar el televisor.
Dice un dicho popular que “A falta de pan, casabe”. Y es que los cubanos aún no hemos podido encontrar en nuestra TV el pan que nos satisfaga y nos llene, es por ello que algunos han migrado hacia las transmisiones de Telesur, a la espera que una programación “diferente” y legal pueda ser el ansiado casabe que nos llene o nos haga como el alcohol, olvidarnos de nuestros problemas. Pero me pregunto, ¿es Telesur la solución a los problemas de la TV cubana?
En su artículo “La señal de Telesur en Cuba”, el periodista y corresponsal de la BBC en Cuba, Fernando Ravsberg comentó sobre el suceso. Coincido con él cuando expresa que:
Telesur podría ser la señal que anuncia la reestructuración de los mecanismos políticos mediante los cuales se mantuvo un control férreo de la prensa durante 4 décadas, los máximos responsables de la creación de unos medios de comunicación tan tristes.
A mi entender, el gran mérito de la presencia a tiempo real de Telesur en Cuba radica en permitir que los cubanos tengamos acceso a un periodismo nuevo que permita escaparnos del castigo al que nos somete noche tras noche el Noticiero y compañía. El explosivo Claudio Peláez la definió como un “maldito centro de rehabilitación (…) que me hizo despertar y sacarme de la recaída”.
Aunque Telesur es un canal de televisión, no se debe de olvidar que es un medio de prensa. Y para el cubano común, deseoso de encontrar en la televisión cubana algo que satisfaga sus necesidades de entretenimiento, Telesur no deja de ser nada más que un espacio que puede consultar en varias ocasiones del día bien para conocer qué pasa en X país o ver sin cortes ni selecciones los resultados de ligas de fútbol, eventos de tenis o carreras de autos.
Telesur es la novedad del momento, como hace algunos años fue Multivisión o antes de ello Canal Habana. A mi entender son como pequeñas dosis de una medicina que el cubano tanto necesita y que una vez pasa el efecto de la vacuna, vuelve a padecer los efectos de una programación deficiente y que como bien expresó el amigo Óscar desde su blog Sentir Joven: “los principales cuestionamientos (hacia ella) se centran en la baja factura de una gran cantidad de programas que al parecer se mantienen al aire porque no hay más nada y no por un verdadero estudio de recepción sobre los niveles de aceptación que en el país tienen los diversos espacios televisivos”.
¿Cómo hacer que la TV cubana satisfaga las necesidades de los cubanos?
Cinco canales y “medio” (además de los telecentros en alcance provincial) es muy poco para lo que necesita la TV cubana en pleno siglo XXI. El pasado verano observamos que cada canal se especializó en un público y en un tipo de programación diferente. Esa “estrategia” fue trasladada a las transmisiones de los domingos, pero, salvo algunas excepciones, siguen habiendo quienes se rinden ante los brazos de Morfeo y no precisamente por cansancio de tarde de domingo.
De lo que estamos viendo en Telesur podríamos aprender mucho, además de las lecciones que podrían aprender nuestra prensa, el ICRT puede encontrar en Telesur el referente que le ayude a resolver sus graves y cavernícolas problemas de escenografía y vestuario. Como bien expresó el Colimador en su artículo La televisión ¿qué viene?: “En el siglo del 3D y las producciones multimillonarias, el ICRT sigue con los mismos estudios de la CMQ y los decorados de cartón tabla”.
Mientras se habla de la posibilidad de revisar (nuevamente) la programación de la TV, a lo lejos se oyen los rumores de la migración hacia una televisión cubana en High Definition (HD).
Por lo pronto, queda mucho por hacer y el cubano sigue a la espera de resultados concretos. Nadie sabe hasta cuándo durará la luna de miel de los cubanos con Telesur; aunque sí sé que cuando culmine volveremos a las críticas, y de ellas no se salvará ni siquiera la “nueva televisión del Sur”
Jojo un lector del sitio Cubadebate comentó en la noticia sobre Telesur en vivo para Cuba lo siguiente:
Eso… eso, esa es la talla, sigan así, y de paso autoricen Discovery Channel, History Channel y Animal Planet..
Yo le respondería a Jojo: “Hermano, no aspires a que te den cake por pan”
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