Revista Literatura

A la sombra de la sierra – La Raíz (Mi canción de la semana XIX)

Publicado el 10 diciembre 2018 por Javiermb913

¡Hola a todos/as! Con la tontería ya estamos en diciembre. Huele a chimenea, a fuego encendido, a polvorones en la mesa y castañas asadas. Empiezan a brillar las luces y los primeros árboles se empiezan a vislumbrar. Curiosa la nostalgia de este mes en el que parece que siempre apetezca echarse una manta por encima, cerrar los ojos y recordar.

Y eso he hecho yo. El pasado 18 de noviembre creo que se cerró un círculo. Yo soy de un pequeño pueblo de la provincia de Alicante llamado Beniarbeig, en la comarca de la Marina Alta, y lo cierto es que me toca sacar un poco de pecho. Creo que vivo en una de las zonas más vivas, musicalmente hablando, de la Comunidad Valenciana. Hablar de la Marina Alta es hablar de música, de conciertos, de grupos que emergen y otros tantos que saben que tocar aquí es sinónimo de éxito, que tocar aquí les puede dar reconocimiento y encumbrarlos.

Recuerdo veranos en los que llegábamos a ver dos o tres veces al mismo grupo, recuerdo cantar canciones que hablaban de lucha y que nos reconciliaban con nuestra tierra, pero también otras tantas que hablaban de esa persona y que nos hacían volar. Recuerdo mil pogos en los que nos dejábamos llevar, saltábamos y bailábamos sin acercarnos siquiera al concepto erróneo de pogo que tienen algunos/as.

He tenido la oportunidad de pasarme los últimos 10 años de concierto en concierto de mis grupos favoritos de la zona tanto de la Comunidad Valenciana como de Cataluña. He visto crecer y encumbrarse a grupos como Obrint Pas, La Gossa Sorda, Aspencat, La Raíz, Zoo, Smoking Souls, Txarango, Els Catarres u Orxata Sound System, pero, sobre todo, los que más he disfrutado y de los que más recuerdos tengo son de los cuatro primeros.

Y si me pongo a repasarlos es cuando empieza la nostalgia, pues ya no queda ninguno en activo.

Obrint pas se despedía de los escenarios el 31 de diciembre de 2014 en el festival Festivern, en Tavernes de la Valldigna, La Gossa Sorda hacía lo mismo el 18 de junio del 2016 en su Pego natal, Aspencat lo hacía el 21 de octubre del 2017 en Barcelona y, como decía, el pasado 18 de noviembre se cerraba mi particular círculo con la despedida de La Raíz en Valencia.

Empieza la nostalgia porque asocio una etapa importante de mi vida a escuchar a todos estos grupos, a asistir a sus conciertos, a esa etapa en la que las noches de verano son eternas y apenas hay responsabilidades, en la que vives todo al máximo sin importar nada, y cantas, y bailas, y te dejas llevar y la vida son pequeños instantes, cuatro amigos cantando con el puño al aire, cervezas de lata, cena de cualquier bar y pogos donde no importan cuántos moratones pueden aparecer. Una etapa de vida en la que no piensas un solo momento en el futuro, sino en disfrutar cada segundo.

Los grupos se han ido marchando y ahora todo parece distinto. Ya no nos metemos en pogos porque nos decimos a nosotros mismos que somos demasiado viejos para esas mierdas. Nos podemos ir a todos los conciertos por tener responsabilidades. Nos hacemos adultos y con ello las obligaciones propias de la edad, algunos ya cambian pañales y otros tantos empiezan a pensar en campanas.

Constantemente hago un viaje en el tiempo lleno de misticismo y belleza pero a la vez doloroso por las etapas que se van quemando, por aquellos tiempos que sé que no volverán. Nos hacemos mayores y, en cierto modo, es algo a lo que temo, a lo que creo que tememos todos si se mira solo desde una perspectiva.

Pero, al fin y al cabo, sé perfectamente que son etapas que deben ser quemadas, pues es demasiado tóxico quedarse atrapado en un viaje hacia el pasado, que lo bonito de la vida es, al fin y al cabo, avanzar y seguir descubriendo y autodescubriéndose a uno mismo, quemar etapas y empezar otras nuevas, renovarse y tener la constante esperanza de que cualquier tiempo futuro será mejor.

Por tanto, el hecho de que sea nostálgico hacia un tiempo pasado no quiere decir que sea infeliz hacia el tiempo presente. Creo que, aunque corra peligro de caer atrapado en el pasado, se puede convivir perfectamente en ambas posiciones y creo que eso hace mirar la vida con otra luz, pues miras la vida hacia el futuro sabiendo que en el pasado hiciste muchas cosas bien y lo pasaste muy bien.

Bueno, como veis, no he hablado de A la sombra de la sierra en si, ni de La raíz, sino que lo quería utilizar como excusa para hablar de lo que significa la nostalgia para mí y de ese círculo de vida que se ha cerrado o que poco a poco se está cerrando. Pero no quiero desaprovechar este espacio para promocionar un grupazo como este.

Si repasamos la discografía de La Raíz, encontramos inumerables himnos. Para mí alcanzaron la perfección justo en su último disco, Entre poetas y presos, un álbum redondo en el que abandonaron los ritmos más reggae y de calle para envolverse en canciones más “convencionales”, pero con más sentido, bajo mi opinión, destacando, sobre todo, temas como Nos volveremos a ver, El circo de la pena, La hoguera de los continentes o la que da nombre al disco, Entre poetas y presos. Pero no puedo dejar de mencionar otras canciones que han ido construyendo la verdadera esencia de La Raíz, temas con lo que he saltado y bailado hasta quedarme rendido como El lado de los rebeldes, Obediencia ciega, La voz del pueblo, Jilgueros, Borracha y callejera, o Suya mi guerra, canciones con las que, además de disfrutar cantando y bailando, poder crear cierta conciencia social, un sentimiento de lucha en el mundo tan complicado en el que vivimos, lo cual considero muy importante en cierta etapa de la vida en la que tomas conciencia de todo las injusticias y problemas que existen alrededor.

Y es que este tipo de canciones no incentivan a quemar contenedores, como dicen algunos medio en broma medio en serio, sino para darnos cuenta de que el mundo no es tan perfecto como nos cuentan y podemos y debemos ser miembros activos del cambio. Sé que muchos/as tienen cierto rechazo hacia este tipo de grupos o de canciones pero al final la música son emociones y no podemos privarnos de algo por un concepto que puede ser o no erróneo, sino que debemos indagar, descubrir y formar nosotros mismos nuestro propio concepto sobre la música, no dejarnos llevar por lo que algo aparenta ser sino por lo que uno/a descubre que es.

Y con esto os dejo. Espero que esto os sirva para que realicéis vuestro propio viaje al pasado y al mismo tiempo dicho viaje os sirva para avanzar, daros cuenta de que quemar etapas no nos deja atrapados sino que nos hace crecer. Solo me queda desearos una feliz semana.

¡A seguir escuchando mucha y buena música! 🙂


La Raíz, como la conocemos actualmente, nace en 2006 en Gandía (Valencia). En los últimos 12 años han publicado 4 discos de estudio, 2 singles y su último trabajo, un DVD grabado en directo en el Palacio de Vistalegre (Madrid) frente a más de 10.000 personas. La Raíz recorre los escenarios nacionales e internacionales a través del rock, el ska y el hip hop. Una energía brutal en escena es su sello. Su lema: Guerra al silencio.

Tienen un total de 5 discos: Guerra al silencio (2009), El lado de los rebeldes (2011), Así en el cielo como en la selva (2013), Entre poetas y presos (2016) y el disco del directo de Vistalegre: Nos volveremos a ver (2017).

Vía La raíz


Letra:

Si te encuentro gritaré a viva voz / que prefiero verte que ganar la guerra
Levántate, mi corazón / te escondiste a la sombra de la sierra

Que se apague la luz de ese faro / que me apunta y me hace sentir raro / esa ciudad está infestada de ratas / Que se aparten las gentes enormes / con uniforme de antiguo soldado / Veo piratas que visten corbata.

Veo maletas como de equipaje que esconden dinero / y a esas gentes de traje, los llaman banqueros /  Veo una vida podrida que tú no elegiste / Veo a los niños callados y tristes / pero a ti no te veo

Si te encuentro gritaré a viva voz / que prefiero verte que ganar la guerra / Levántate, mi corazón / te escondiste a la sombra de la sierra.

Veo un circo lleno de payasos / que no hacen malabares y con las botellas, solo llenan vasos / Veo caballos que son de hojalata / veo cadenas que atan las patas de un mundo,
que no se desata.

Hoy hace noche mi barco en tu puerto / pero prefiero flotar, a caminar como un muerto /
Lanzo mis besos al aire, para que esquiven el baile de cuerpos de una sociedad / en la que no te encuentro.

Si te encuentro gritaré a viva voz / que prefiero verte que ganar la guerra / Levántate, mi corazón / te escondiste a la sombra de la sierra.

Acércate, que hoy te quiero sentir hoy te quiero decir / que todo lo que me ofrece la vida sin ti, es condena / Acércate, que hoy te quiero sentir hoy te quiero decir / que todo lo que me ofrece la vida sin ti, es condena.

Levántate, salvaje / como una planta que nace, a la sombra de la sierra / Levántate, salvaje / como una planta que nace, a la sombra de la sierra / Levántate a la sombra de la sierra / Levántate a la sombra de la sierra / Mi corazón dónde te metiste? / A la sombra de la sierra / Mi corazón, se que te escondiste / a la sombra de la sierra.


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