al miedo estoy sumido y condenado
porque él es intangible en esta vida;
ante el dolor también mi voz gemida
no logra aparecer por ningún lado
.de la culpa me siento desdichado,
mi sangre hiere dentro, sacudida
y daña la intangible despedida
que ese portazo me hubo confesado
.
no, no le temo tanto a lo pensado:
como al odio, envidia e ira sentida
temo al alma engañada, seducida
con amor en mentiras emanado
.le temo si jamás hube tocadoa la fe, la promesa recibida,
a la esperanza cuando ya vencida
no queda nada siendo que he luchado
.
no le temo al poeta que he creado
sino a la idea aún no aparecida...
peligrosa, de horror quizás nacida,
le temo sin haberla aún creado
.
