A mi Carmelo del alma

Me levanto. No sé qué día es, pero sé que es Octubre del 1997. En la radio suena Bitch, de Meredith Brooks. Mi despertador tiene pegada una tirita, porque yo creo que eso es muy "chachi" y está en el escritorio, que hace la vez de mesita de noche. Mi cuarto está empapelado con pósters de Take That sacados de la Súper Pop y de la Bravo y al abrir la persiana veo el instituto. Mi padre se está yendo a trabajar y mi madre ya se ha ido, lo que supone que desayuno sola, de nuevo, mientras veo vídeos en Tele 21 de la VH1.


♪ ♫  Nos sobran los motivos- Joaquín Sabina ♫ ♪
Me visto con un pantalón de pana y una camisa ancha, tan 90's todo, y me voy, con mi bandolera de Mango (que hace poco que la han abierto en la C/ Castillo) a escuchar a la profesora de matemáticas, Rosario, decir "Poteeeeeeencia. Un asterisco, dos asteriscos, tres asteriscos".
Son las 10:45 y suena el timbre. Recreo. Sentada en unas escaleras, te conozco. Nos presenta la violinista. Y así, entras en mi vida.
Te miro y veo que eres es una chica dulce, muy dulce, tímida, con una sonrisa enorme. Haces gimnasia rítmica y te esfuerzas por poder cuadrar tu vida en 24 horas. Te machacas en todo, te adaptas al grupo, te ríes como nadie.. A partir de ese momento empezamos a llamarnos al fijo por las tardes. Tú vives muy cerca pero vas al Señor 5 por otro camino. Así pasa el tiempo y tras 4 meses y algo un día entran en tu casa y te quitan muchas cosas. Para poder alegrarte, nosotras te regalamos un joyero, un cd de Michael Jackson y algo de bisutería de la tienda Doña.
Este fragmento es el primer recuerdo que tengo tuyo. 15 años han pasado desde ese momento. Y parece mentira, pero han pasado 15 cumpleaños con taaaantas cosas de por medio, ¿verdad? El período más importante de la vida de una persona lo hemos vivido juntas y me gustaría poder recordar todos tus cumples, como cuando te estropearon la fiesta sorpresa en el monte, cuando fuimos de marcha por La Laguna, cuando comimos tarta con tus padres en tu casa, cuando estabas en Cracovia conmigo estrenando una camisa de lunares..
Pero no los recuerdo todos. Y tampoco me importa, porque eres la única persona de la que sólo tengo recuerdos buenos, de muchos días no importantes. Por ejemplo, cuando fuimos a la nieve o hicimos selectividad (subiéndonos Nu en el coche antiguo que necesitaba que le inyectaran gasolina),  o hablamos horas y horas en Salamanca riéndonos de una tía saliendo de una alcantarilla. También me acuerdo de nuestra fiesta del semáforo o cuando improvisamos salir en Carnavales estando estudiando en Física. Tardes en la Central mientras te quedabas dormida, cine y charlas posteriores (¿alguna vez te he dicho que eres mi persona favorita para hacer eso?), playas, bares, mensajes sin espacio, UnDíaNoéALaSelvaFue, cervezas,  jamónquesoquesojamón, garbanzos quemados, harina de arepas, imitar a un chucho, desenvolver regalos envueltos en 30 hojas de papel de periódico.
Para mi significas O`clock, Sabina y mi refugio. Estás conmigo en Gdansk, en el Bahía del Duque, en Salamanca, Cracovia, Barcelona, en el Pan París, en las Terrazas, en el agüita antes de dormir, en el sandwich de pavo o en la fruta envuelta en papel de cocina que siempre llevas. Has sido mi taxi, mi muleta para caminar, mi referente para ser fuerte, mi amiga la artista, la bailarina contemporánea, la que me va a sacar de pobre.
La vida es lucha, me dijiste hace un año, y es verdad, fingerfriend. A ti más a que a nadie te han enseñado que no importa la edad, que los golpes vienen de joven también. Gracias por tantas cosas, por apoyarte en mí y por conocerme tanto. Nunca podré agradecerte lo suficiente todo lo que me has ayudado y nunca podré expresarte lo importante que eres para mí todos los días de mi vida.
Todo se resume en dos palabras, que sólo signfican algo para nosotras: Mi Carmelo. Y sí, sé que te debo un viaje, lo sé. Pero tenemos toda la vida por delante para hacerlo. Y también te debo tu regalo de cumpleaños, pero éste cuenta como la tarjeta que nunca te envío.
Felicidades, amiga. Te quiero todo.

*Imágenes: Amalie Le Coin
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