... Y llegó el día,
en que empecé a buscarte en los ojos...
porque ya apenas te reconocía.
Eran tus gestos,
algo en la expresión...
incluso en los ojos,
jugabas al escondite...
aparecías para, al momento,
volver a desaparecer.
La envoltura es lo de menos,
incluso en tu caso
que siempre la has cuidado
al pasar los años se deteriora
como las hojas de los árboles
que se secan poco a poco.
Quédate un poco más ahí
en los ojos,
en tu mirada cristalina...
te seguiré buscando
siempre,
en el mar de tus ojos.
MFFP.