Por las mañanas, lo primero que hago es abrir Facebook, Blogger y Twitter. Bueno: lo primero que hago es dar gracias a Dios. Antes, en realidad, ya he ido al baño, y a veces, he bebido un vaso de agua.
Siguiendo con la rutina: lo primero que hago es abrir Facebook y ver si tengo notificaciones; casi siempre hay entre dos y cuatro, así que no pierdo mucho tiempo; luego veo el muro, esperando encontrar alguna foto de mis hermanas o mis sobrinas. Enseguida, vengo al blog y reviso los comentarios; aunque me gustaría que fueran muchos, a esa hora encuentro uno, dos o tres, así que no tardo en leer y responder. En Twitter, tardo más. Ahí es menos común que tenga notificaciones, pero doy una vuelta al mundo de mis intereses. Abro alguna nota. A veces, en esas notas (artículos, columnas, etc.), encuentro la referencia a otra, que me llama la atención. Esta vez encontré: "'Me gusta servir a mi marido'. Actriz de Big Bang Theory desata polémica en la red".
He visto dos capítulos de esa serie. Estaba en casa de mi hermana, hace poco. Lo disfruté; no como para buscar ver otro capítulo, pero me hizo sonreír. No sé quien sea Kaley Couco, que es la actriz a la que se refiere la nota, ni quien sea su marido (Ryan Sewtin, se llama). Pero la mujer declaró que le gusta cocinar para él, sentirse como un ama de casa, y servirle. Eso fue considerado ofensivo por algunos usuarios de la red, y se disculpó -todo según la misma nota, no tengo otra fuente de información-.
¿Por qué rayos tendría que disculparse?
En principio, por educación. Hasta donde sé, no se retracta. No dice que ella esté mal. Se disculpa por el malestar que causaron sus palabras, lo cual es considerado. Bien por ella. Está siendo gentil. También políticamente correcta, lo cual es bueno para su carrera.
Pero... yo digo:
El ejercicio de la libertad es para que cada cual haga sus elecciones, en el marco del respeto a los demás.
Si voy a ser libre nada más para tomar el camino que indique el libertador, no me está liberando de nada. Es un punto complicado de tratar: la verdadera libertad no se consuma en la concesión ni en la consecución, sino hasta que la persona se asume libre...
Tratando de mantenerlo en términos simples: cada persona debe ser libre para elegir su camino. Las mujeres son personas, así que aplica lo mismo para nosotras. Al menos en Occidente es algo que ya no necesitamos justificar. Y ese camino a elegir, puede ser el tradicional, y puede incluir, por ejemplo "servir al marido".
El mundo le tiene miedo a algunas palabras, y tal vez con razón; las significaciones que han tenido han mellado los cuerpos y las vidas de las personas. Pero habemos quienes no le tememos a esas palabras -tal vez a otras-. Una de ésas, es "servir". Hay que acotarla muy bien: "el servicio público", "buen servicio al cliente", "servicio de calidad en la empresa"... no vayamos a estar de sirvientes unos de otros.
Y sí: hay que tener cuidado. Yo aspiro a tener una empleada doméstica, un día -capaz que un empleado doméstico-, y no querría una sirvienta -ni un sirviente-. Son conceptos diferentes, que implican un trato diferente para las personas.
Pero tal vez no me molestaría que desde fuera, yo pareciera sirvienta en mi casa. Tal vez significaría que he logrado un nivel de servicio del que estoy muy lejos. Casi me siento motivada después de la notita ésta que he leído...
Y es que yo quiero servir a mi marido. Eso no se refiere a un equitativo "yo hago esto por él, él hace esto por mí". Quiero servirle. Amo prepararle la cena y verlo comer. Me siento bien cuando, por la mañana, recojo los zapatos que dejó junto al sillón, o la taza que dejó junto a la computadora. Son mis ofrendas de amor. ¿Creen que le encanta? Este punto se pone complicado de escribir... este blog tiene la política de no tratar sobre él; pero voy a decir nada más lo siguiente, porque me parece importante: no es la actitud que él querría de su compañera; jamás con ese término: "servir". (Él sí que ha sido feminista.) Pero respeta mi real gana. De eso se trata la libertad, y en mi casa, somos libres.
Silvia Parque