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A. Pfänder, Motivos y motivación

Publicado el 20 octubre 2011 por Alfredo

Motivos y causas del acto de la voluntad
A. Pfänder, Motivos y motivación
Con las causas de la volición se han confundido con gran frecuencia los motivos. La cuestión acerca de las causas de la volición puede primeramente ser tomada en sentido fenomenológico, es decir, puede inquirirse qué sea lo que, en la verificación de un acto de voluntad, se viva como causa de esa verificación. A esta pregunta, empero, obtiénese en el caso particular evidentemente la respuesta general de que la causa fenoménica de la verificación de un acto de voluntad no es nunca algo que resida fuera del yo centro, sino siempre tan sólo el yo centro mismo. Toda la esencia de esta volición quedaría al punto destruida si alguna causa fenoménica, fuera del yo centro, causase la supuesta volición.
Especialmente la consideración de la posición fenoménica que toma el motivo con respecto a la verificación del acto de voluntad, en él basado, proporciona el conocimiento evidente de que el motivo no causa en ningún caso esa verificación. Sin esa fundamentación que el yo centro mismo lleva a cabo, basando el acto de voluntad en el motivo, el motivo posible en el caso dado no es motivo real para ese acto de voluntad. Con esa base, sin duda, el motivo se toma «determinante» para la volición. Pero la determinación por motivos no es precisamente una causación fenoménica por motivos; la fundamentación de la voluntad no es causación de la volición y los motivos no son causas fenoménicas de la volición. Contradice, pues, a los hechos la tesis de Schopenhauer, según quien la motivación es la causalidad vista por dentro. (Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente, capítulo VII, parágrafo 43). 
Pues lo que «se ve por dentro» en la determinación de la volición por motivos es algo completamente distinto de una causación. Una causación fenoménica de la volición no existe en ese sentido. La volición es, en su esencia, siempre libre fenoménicamente; es decir, no es causada por algo distinto del yo centro.Mas la cuestión acerca de las causas de la volición puede tener otro sentido. Puede, en efecto, inquirir las causas reales de la volición. Considérase entonces la verificación del acto de voluntad como un acontecimiento real en el tiempo y se quiere saber cuáles sean los factores reales cuya existencia, justamente en el momento determinado, haya producido ese acontecimiento real. Mas a esta pregunta no se puede contestar por medio de una investigación fenomenológica, sino que, sobre la base de otras experiencias y de procesos de inducción, hay que buscar en el caso presente las condiciones reales, necesarias y suficientes para el advenimiento de la volición. La relación entre causa real y efecto no es aquí una relación inmediatamente vivida. Lo que pertenece a la causa de la volición no necesita forzosamente ser consciente para el que tiene la volición; tampoco necesita plantear al yo que quiera una exigencia práctica escuchada por ese yo, sino que basta en general con que se halle presente realiter en el momento determinado. 
Por último, la realidad de una relación causal no implica tampoco que en ella tenga lugar conscientemente una fundamentación consciente de la volición en aquello que pertenece a la causa. Mas todo eso, que no pertenece necesariamente a una relación causal, constituye, en cambio, las condiciones necesarias y esenciales en una relación de motivación. Es, pues, indudable que la relación de motivación se distingue de la relación causal. Podría ser, empero, que la relación de motivación fuese un caso especial, particular, de la relación causal. Y, en realidad, se encuentra con frecuencia sostenida esta opinión. Cuando se busca la causa real de una volición, se suelen incluir sin reparo, entre otras causas parciales, también los motivos, como causas parciales de la volición. A veces se llega hasta a definir los motivos como las causas parciales conscientes de la volición. Dícese así que los motivos, juntamente con el carácter, constituyen las verdaderas causas de la volición. Pero en estas opiniones existe un error fundamental. La relación de motivación no es una relación de causalidad y, por tanto, los motivos, como motivos, no deben nunca mezclarse con las causas de la volición. 
Ello se deduce de las consideraciones siguientes. Lo que haya de pertenecer a la causa real de la volición debe ser necesariamente algo real. En cambio, un motivo no necesita ser algo real, y puede muy bien suceder que algo pensado, ejemplo, la verdad de una afirmación puede ser el motivo por el cual yo resuelvo formular esa afirmación en una ocasión determinada. Además, una causa parcial no sólo tiene que ser en general algo real, sino que además tiene que ser real en el momento mismo en que se produce el efecto. Pero si el hecho, por ejemplo, de que alguien haya realizado con gran esmero un trabajo, o el hecho de que yo me haya encontrado particularmente bien antes en determinada comarca, es motivo para mi volición, no pueden estos motivos, como hechos pasados, ser ahora causas parciales de mi volición. Igualmente los hechos futuros pueden, en la previsión, ser motivos verdaderos; pero mientras pertenezcan al futuro no pueden en modo alguno ser causas parciales. Sin duda, el pensamiento, actualmente real, de los hechos pasados o futuros, puede tenerse en cuenta como causa parcial; pero justamente ese «pensar» real no es el motivo de mi volición.
Por último, puede conocerse por observación inmediata que aquella relación del motivo con el acto de voluntad, por medio de la cual aquel motivo es verdadero motivo, es completamente distinta de la relación de una causa parcial con el efecto correspondiente. El motivo no actúa en la verificación de un acto de voluntad, sino que se limita a ofrecer la base ideal al yo centro, que es el único que verifica el acto de voluntad.Así, pues, las causas de la volición no deben por principio ponerse en el mismo plano que los motivos de la volición, si se quiere evitar la confusión total que necesariamente ha de surgir por desatención de estas diferencias esenciales, y que domina realmente, por ejemplo, en las investigaciones sobre la libertad de la voluntad.
Enlaces de interés:
http://en.wikipedia.org/wiki/Alexander_Pf%C3%A4nder
http://www.bookrags.com/research/pfnder-alexander-18711941-eoph/#
A. Pfänder, Motivos y motivación

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