Revista Talentos
Primero observo el calzado; después, las piernas. Me detengo en el pantalón y en la camiseta. Estudio los detalles. Subo hasta la coleta. Ondea como un balancín. Cuando estoy tan cerca que puedo oler su cuerpo, la adelanto con un par de zancadas. Una rival menos en línea de meta.