Hoy comenzó la XXXIII Semana Negra de Gijón y el ¡A por ellos! no se gritó para ganar un partido sino para ir contra las personas.
Cuando la estupidez prima en el cerebro, quienes gritan justicia y libertad —queriendo demostrar con ello cuan demócratas son—, lo único que dejan sobresalir es su poca educación y civismo. Si quien arremete con insultos, amenazas y golpes es el mismo que dice ser demócrata, liberal y justo, Dios nos libre de aquellos que gritan a favor de lo contrario.
Es curioso, la Semana Negra a sobrevivido veinte tres años con polémica sobre el gasto que supone para la comunidad y la ciudad, convirtiendo su inauguración en el centro de todas las protestas y burradas posibles, así año tras año. Sin embargo, el domingo se paralizará el país gritando para que 22 jugadores ganen un partido, traigan un título y se embolsen 600.000 euros cada uno, para después saltar de alegría, enarbolar la bandera y sentir la misma satisfacción que si ellos hubiesen estado corriendo detrás del balón.
¿Alguien se imagina que se esperase a los Campeones del Mundo con pancartas, insultos y golpes por el dinero que van a recibir y que saldrá del bolsillo de todos?
Impensable, desde luego. Ese dinero no le dolerá al 80% de los españoles y sin embargo el que se gasta en otras cosas sí. Seamos sinceros, si tenemos que gritar, pedir justicia y clamar al cielo por derroche ajeno, hagámoslo en todo y no sólo en lo que les interesa a algunos.
Es cierto que se cierra una fábrica emblemática en la región, Chupa Chups, y que mucha gente se quedará sin trabajo, pero no es menos cierto que estos que ahora claman justicia no se movieron cuando otros muchos veían como sus empresas daban el cierre y quedaban en la misma situación.
Para finalizar, también había representantes de sindicatos que se han pasado media vida ‘liberados’ sin dar golpe y cobrando y a quienes el recorte salarial dista mucho de afectar; y funcionarios, los únicos trabajadores en este país que nunca morirán de miedo a quedar en el paro.