Ya sabré
a qué mira tu balcón,
que ves desde las ventanas
de tu casa,
cual es tu paisaje
cotidiano.
Veré las imágenes
que mira tu mente
a diario
y oiré los sonidos
y los silencios
de tu ambiente,
la música que gozas,
tu son acostumbrado.
Conoceré el latido
de tu cuerpo,
tus pestañeos
y el batir de tus alas.
Aprendidos los ritmos,
usos y costumbres
de todas tus jornadas
los haré también míos
y los amaré,
como ya te amo.