mi puta mano rota
habla como yo quiero
duerme al margen de mi almohada
y mira con desdén la precariedad de mi sueño
mi puta mano rota
la que aguanta su voluntad contraría a la mía
hace tanto tiempo que no se enamora
que cada dedo vive emancipado en su isla
rota mi puta mano
la que se vendía a los hombres
y terminaba libros en 53 días
en ella y de ella por ella
comieron pájaros
escritores
y familias
sabe con descaro
que fue hábil
en ocupar el hueco ardiente de la frágil paradoja de la hembra
la misma mano que no da respuesta
y omite
un final que venía previendo.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 24 mayo a las 14:23
la proverbial habilidad de una mano rota muy rota.