A solas

A solas, con el silencio que me acompaña y el incienso que perfuma las palabras que no te dije.
Así estoy ahora. Pensando en todo lo que me faltó, en todos mis errores, en mi patética humanidad.
Huele a ese incienso que sobró, el que no me dio tiempo a prender contigo. Juntos. Huele a la despedida amarga que quedó como recuerdo, cuando debiera haber cero rencores y no la torpe distancia que puso la terquedad entre nosotros. La tuya. La mía.
Sin embargo, en la ceniza que huele a azahar, y abriéndose paso entre el cruel silencio, asoma tenaz un recuerdo. Primero despacito, como tu modo de acariciar mi cara, luego desbocado, como tu forma de amar.
Ese recuerdo se posa en mi memoria. Borra el silencio, borra el dolor. Lo inunda todo. Te recuerdo feliz. Sonrío...